miércoles, 25 de mayo de 2011
"Nadie es Dueño de tu Felicidad"
Aristóteles, es el filósofo y el pensador más extraordinario que ha dado la humanidad,” y es el que mejor habla de la felicidad .
-Ingresó con 17 años en la Academia de Platón, y permaneció allí formándose durante 20 años.(He puesto un precioso cuadro representando "La Academia"
-Después fundó su propia escuela, que se conoció con el nombre de Liceo, y allí gestó la más vasta obra científica- filosófica de la antigüedad.
- He estado releyendo su “Etica a Nicómaco” que me fascinó cuando de jovencita me la dejó leer mi padre, que era un gran filósofo.
- Aristóteles, considera que el bien más elevado, el bien supremo del hombre, se identifica con la felicidad (eudaimonia).
-Todo hombre aspira a alcanzar la felicidad, pero la felicidad no se la va a dar el placer, aunque le cause un gran gozo corporal.
-La felicidad, no la va a encontrar en la fama ni en la gloria, porque estas, pueden ser falsas.
- La felicidad, no consiste en la posesión de riquezas, porque aunque las riquezas compran muchas cosas, cuanto más riquezas se posean, más se desean.
-La felicidad no consiste en la posesión de poder. El poder de gobernar a los demás, es un bien, pero el poder trae angustia y preocupaciones, y sirve para el bien, pero también para el mal, y puede ser fácilmente arrebatado por otros hombres, al igual que la riqueza.
-La felicidad debe ser algo firme y de manera alguna fácilmente mudable.
-“El hombre feliz es el que vive bien y obra bien, porque la felicidad, es tener una vida dichosa, y una conducta recta.
-En el año 360 A.C Aristóteles, escribió “La revolución del alma”, aunque parezca que lo hayan escrito recientemente, Borges, Gabriel García Marquez, o Mario Vargas Llosa, nuestro flamante Nobel.
- Nadie es dueño de tu felicidad, por eso no entregues tu alegría, tu paz ni tu vida en las manos de nadie.
-Somos libres, no pertenecemos a nadie, y tampoco somos dueños de los deseos ni de la voluntad, ni de los sueños de nadie.
-La razón de tu vida, eres tú mismo. Tu paz interior es la meta de tu vida. Cuando estés triste o agobiado, busca la divinidad que existe en ti, y deja de poner tu felicidad cada vez más lejos de ti.
-Abraza a los que están cerca de ti, no alejes tus metas. Procura ser siempre tu mejor amigo.
-Sonrie, porque sonreir, significa aceptar, felicitar.
-Si sonries, las personas se llevarán una grata impresión de ti, y tú estarás mucho más cerca de ser feliz.
-Recuerda que:” la grandeza no consiste en recibir honores, sino en merecerlos”