sábado, 11 de febrero de 2012

"Siempre Hay Una Manera"


Por mucho que te digan que algo que tú quieres no es posible o no tiene solución, tú no te rindas, ni hagas caso.
- Estamos rodeados de personas que se dejan vencer y que no luchan ni investigan.
- La gente a veces se cree que por ejemplo solo hay una manera de fregar los platos, o dos o quizás tres,  bueno, pues un par de terapeutas americanos, hicieron el  experimento, y comprobaron que existen hasta trescientas maneras de fregarlos, dependiendo de quién lo friegue,  en que sitio lo haga, en qué país, con que friegue…etc.
-Aunque a veces no las vemos, siempre existen otras alternativas, y lo único que hay que hacer es tener esperanza y no rendirse. A veces tenemos que dar la vuelta al problema, o buscar otro camino para resolverlo, porque seguro que así, con tesón y con ilusión lo encontraremos.
-En España, tenemos la costumbre de contar pequeños chistes para hacer hincapié en la moraleja, a lo mejor porque recordamos la herencia de nuestros famosos cuentistas como El Infante Don Juan Manuel, que nos dejó 50 cuentos con moraleja del Conde Lucanor como: “La Lechera” o “La Zorra y las uvas”. Yo, os voy a contar el cuento moderno que se llama:” El Jesuíta y el cigarro”.
-Había  una vez, un jesuita y un benedictino, que eran grandes fumadores, y a veces se encontraban y charlaban sobre la faena de no poder fumar en los tiempos marcados para rezar, y que debido a su adicción, se les hacían eternos.
-Decidieron un día que cada uno se iba a atrever a discutir este asunto con su padre superior, y que ya se contarían al día siguiente, lo que había pasado.
-Cuando se volvieron a reunir, el jesuita le preguntó al benedictino, que cómo le había ido en su reunión. “Fatal”, contestó. Le dije al Padre Abad: ¿me permitiría usted fumar mientras rezo?, y mi Abad se puso tan  furioso, que encima me puso una tremenda penitencia por mi atrevimiento. Pero tú, le dijo al jesuita, parece que estás contento.
-El jesuita sonrió, y dijo: Yo, fui a hablar con mi Padre Prepósito, y le pedí permiso para  rezar mientras fumo, y no solamente me lo permitió, sino que incluso me felicitó por mi gran devoción.
-Debemos de ser astutos como el jesuita, y,  cuando algo no nos funciona,  buscaremos el camino alternativo como él, y empezaremos de nuevo.
- No debemos tener miedo al fracaso, porque el que nunca se confunde, es que no hace nada y se queda quieto.
-De cada error, debemos sacar una lección.
-No podemos olvidar que la vida es como una escuela, y todos los días aprendemos algo nuevo, y debemos retomar el camino con alegría y con optimismo. Nunca hay que rendirse, si no que hay que coger más fuerza para perseguir los sueños, y no hay que posponer la felicidad, porque ahora mismo es el mejor momento.
-Siempre habrá una manera, y  si la buscamos con ilusión, seguro que la encontraremos.
-No debemos desesperanzarnos porque otros nos lo digan
Es emocionante pensar que “el mañana” es una página en blanco, y que depende solamente de nosotros el que la empecemos sonriendo o gruñendo. Cada día nos traerá enormes sorpresas.
-Deberemos actuar como los niños que creen que todo es posible, y si lo creemos, lo será……
-Seguiremos sembrando nuestros sueños para recogerlos en forma de realidades, y encontraremos un rayo de esperanza en los malos momentos, ya que así es como únicamente podremos construirnos una vida mejor.
-Recordaremos que la felicidad está al alcance de nuestra mano, pero nosotros tenemos que alargarla y cogerla.