Esta mañana,
al salir de misa de 9, mi hija Gema y yo
nos hemos ido a comprar churros.
-Hacía una
mañana bastante fresca, y nos apetecía mucho, así que nos hemos acercado al Parque
de La Vaguada, ya que allí, en la esquina de Monforte de Lemos hay un precioso quiosco de
la Churrería y chocolatería “La Madrileña”.
la Churrería y chocolatería “La Madrileña”.
-Hemos
esperado un poco, porque esta churrería tiene siempre mucha gente, ya que sus
churros y sus porras son exquisitos y no están nada grasientos.
-Tanto la
encargada como el churrero, son
encantadores , y te amenizan la espera con una invitación a churros o a porras, según prefieras y un buen
palique.
-Le contaba
a mi hija, que me encanta esta churrería, porque sus churros tienen el sabor de siempre, calentitos y suaves son
un manjar al que no te puedes negar, y no tienen nada que envidiar a los
famosísimos de la chocolatería de San Gines, al lado de la Puerta del Sol.
-Los
churros me recuerdan a mi infancia, cuando íbamos a la churrería de la calle de
Lagasca esquina Diego de León, y te ponían los churros en un junco.
- La encargada, nos ha explicado que ella que es de familia de churreros, iba de pequeña al rio a cortar los juncos, y la verdad es que nada se manchaba ni se contaminaba, y los llevábamos en la mano.
- La encargada, nos ha explicado que ella que es de familia de churreros, iba de pequeña al rio a cortar los juncos, y la verdad es que nada se manchaba ni se contaminaba, y los llevábamos en la mano.
-Hemos
probado también las porras, y nos hemos llevado al final un poco de todo, churros,
porras y un exquisito chocolate a la taza calentito en una lechera parecida a
la que llevaba Caperucita.
-Nos hemos
acordado de mi hijo Daniel, que vive en
París, al que le encantan estos churros y siempre le llevamos para desayunar
cuando viene a pasar unos días.
-Detrás de
mi estaba una chica joven con un perro precioso, que quería saltar sobre mis
churros, así que le invité a probarlos.
-Es curioso
pero la mayoría de clientes de esta churrería son chicos y chicas jóvenes a los
que les gustan mucho los churros, así que me alegra muchísimo el ver que no se acaban las tradiciones.