Esta tarde, mi hija Gema y yo, hemos ido de
compras con los niños a un centro comercial, porque en la calle hacía un calor
insoportable.
-Hemos pensado que podíamos aprovechar para
comprar unas cosas, y que ellos lo pasarían muy bien acompañándonos.
-Llevar a Natalia (5 años), y a Alvarito(3 y
medio) de compras, es un acto de valor, porque los niños pequeños, en cuanto
entran en estas grandes superficies, con techos altísimos, llenos de colores,
de tiendas de música y con un fresquito que invita a quedarse para
siempre, es como si les encendieran el turbo…..
-Estos centros, no están preparados para niños
pequeños, a pesar de que haya tiendas de chuches, cuartos de cambiar y de
lactancia, y enfermería, porque todas las tiendas, les están diciendo ¡toca!, ¡coge!,¡
mira!, y por mucho que les expliques que no se toca, y que no se coge, es lo
primero que hacen.
-Los niños me fascinan, son una obra perfecta de
ingeniería que nunca se cansan, y mientras nosotros recorremos un trocito de
pasillo que abarca tres o cuatro tiendas, ellos van y vienen a toda velocidad,
poniéndote los nervios de punta porque tan pronto les ves como no les ves, ya
que no paran quietos.
-Hemos probado a Natalia unos vestidos, porque
estaban muy rebajados, pero ninguno nos ha convencido,ni a ella tampoco,(
porque es una señorita que sabe lo que la gusta).
-Luego nos hemos metido en una librería
preciosa, y se han sentado encantados en
la sección de niños, a ver cuentos, mientras nosotras ojeábamos libros.
-Al volver a casa, después del baño y de cenar,
se les han acabado las pilas,y se han quedado fritos al instante, así que yo he
aprovechado para escribir mi blog.
-Me acabo de dar cuenta de que no he mirado nada
de lo que quería ver, pero la verdad es que lo hemos pasado muy bien, y ellos
han disfrutado mucho.
-Mañana si Dios quiere, volveremos con nuestra
lista a hacer compras, mientras ellos están en la piscina con sus papás. 