sábado, 25 de enero de 2014

"José María García Baró."¡Descansa en paz!


Mi querido vecino del piso de abajo y amigo Pepe, murió el martes silenciosamente; se apagó  como era él, discretamente, poco a poco, sin molestar a nadie. 

Estaba rodeado de sus queridos hijos y  tuvieron tiempo de despedirle y de decirle lo mucho que le querían y lo buen padre que había sido.

-Acabamos de volver del funeral, que se ha celebrado en su parroquia, y creo que ha sido el funeral más tierno al que hemos asistido nunca, porque allí se respiraba amor….

-Al terminar la ceremonia, su sobrino le dedicó unas palabras llenas de cariño y de agradecimiento, porque le recordaba los mejores momentos de su infancia.

-Su hijo mayor José María habló en nombre de sus hermanos y dijo lo que todos  sabíamos que había sido un gran padre, y  que solo podían recordarle con alegría…..

-Pepe era un hombre muy culto y muy alegre, y cualquier conversación con él estaba llena de citas, de anécdotas y de risas, y ahora que se ha ido, se ha llevado la llave del secreto que hacía que no se enfadara nunca, y que aunque se lo pregunté muchas veces,nunca  me lo dijo... 

-Nosotros nos encontrábamos muchas veces en el portal, en el parque, los domingos en misa de 9, y siempre tenía una palabra amable, un piropo, y una enorme sonrisa.

-Pepe estaba viudísimo, porque Casilda, su gran amor, murió un mes de diciembre de hace por lo menos trece o catorce años, y él no se recuperó nunca. Era un tema que después de tantos años le seguía emocionando y le parecía algo absurdo e injusto, porque ella era mucho más joven que él, y él estaba tan enamorado de ella como el día que se casaron.

-Hace unos días, bajé a verle un ratito y le llevé un bizcocho para que merendara, y me dijo muy solemne: .-Yo no necesito que me hagas ningún bizcocho, lo único que yo quiero es que  te sientes aquí a hablar un poco conmigo…..

-Hablamos de su vida; decía que había sido muy larga y muy feliz, de sus hijos, a los que adoraba, y de los que presumía diciendo que siempre estaban pendientes de él, y de su amor Casilda, a la que no olvidó ni un solo día.

-No sé qué decir más, porque  era un hombre cariñoso, alegre y paciente, ( como buen pescador) que me dijo a mí personalmente que se quería morir, que había vivido mucho y había sido muy feliz, que sus hijos estaban todos bien, y que él veía que aquí ya no pintaba nada, y que  había llegado su hora….

- Yo estoy pensando ahora , que tenía razón, que era un hombre bueno y muy creyente, y que si todo le sale como había planeado, ahora estará divinamente con Casilda, con sus hermanos, y con toda su gente, celebrando el encuentro, y estoy segura de que cuidará de los suyos desde el cielo…..

- Echaré de menos los paliques, los platos de almendras tostadas y fritas que me bajaba de vez en cuando, las risas resumiendo las reuniones de comunidad, sus charlas de política , sus bromas…..pero es un amigo que guardo en la memoria del alma.


-¡Descansa en paz Pepe!