viernes, 30 de octubre de 2015

"Los Padres Envejecen"





Me cuenta una amiga que ha ido a visitar a su madre a Inglaterra, y que a pesar de que hablan a diario, y a veces más de una vez al día, sentía la imperiosa necesidad de verla, y se marchó con una bolsa de mano a pasar un fin de semana con ella.

-Apenas puede hablar contándomelo, porque las lágrimas la ponen una especie de nudo en la garganta.

-Mi madre, dice, ha envejecido en dos meses, de tal manera que parece otra persona.

-¿Cómo es posible que envejezca de esa forma en tan poco tiempo?

-La he intentado calmar, y la he explicado, que el problema reside en que a ningún  hijo, nadie nos ha preparado para ver envejecer a nuestros padres, y  es muy difícil asimilarlo.

-De pronto un día, te das cuenta de que ya no son las personas que admirabas, tan seguras de sí mismas, y tan  comprensivas que sabías que siempre te iban a ayudar a resolver tus problemas, porque siempre tenían un mágico as en la manga que encerraba la solución.

-Ahora  ves que se están haciendo mayores, que andan más despacio, no porque quieran hacerte esperar, sino porque les pesan las piernas, y se dedican a querer y a mimar a sus nietos como nunca hubieras imaginado.

-No quieren hacer planes a largo plazo, porque saben la fragilidad de su vida, por eso se conforman con disfrutar cada día, y quitan importancia a todas esas cosas que nosotros consideramos básicas.

-Los hijos no sabemos aceptar el ciclo de la vida, y nos ponemos nerviosos y nos inquietamos cuando nos parece que no hacen algo bien , y les reñimos , porque no tienen energía, y,  nos asusta pensar que ya no puedan hacer algunas cosas que antes dominaban.

-Les regañamos cuando vemos su falta de habilidad con la informática, o  que no saben grabar una película en la moderna tele que les regalamos,  o que no manejan bien el iPhone, y si se les ocurre repetir alguna anécdota, saltamos . ¿Quién es el Presidente del Gobierno?, ¡papá , por favor!, a ver si es que vas a tener Alzheimer.


-Mi padre, en sus últimos años, aunque todavía  era joven (murió con 74 años), repetía siempre las mismas anécdotas; él que era un hombre amenísimo, gran conversador, y con una prodigiosa memoria.

-Un día mamá se lo consultó a su médico especialista, y este la explicó, que repetía las cosas que le habían hecho muy feliz, porque su presente era catastrófico.

-Así , que a lo mejor, eso les pasa a todos. Por eso , no deberíais, (yo, desgraciadamente ya no los tengo a mi lado), regañarles, ni provocar discusiones absurdas, esperando que las cosas vuelvan  a ser como antaño, porque eso es imposible.

-Lo malo de esta intolerancia de los hijos, es que es simplemente miedo de perderles, y en vez de dedicarnos a quererles, y a disfrutar el tiempo que nos quede de estar junto a ellos, a veces nos dedicamos a reñirles con la esperanza de que el tiempo se detenga mágicamente y no envejezcan, causándoles una profunda pena.


-Buenas noches.