Hubo una época en la que los psicólogos creían
que una buena charla sincera con las amigas
nos dejaba como nuevas y salíamos de ella renovadas.
-Actualmente se ha demostrado que compartir
nuestras inquietudes con nuestros amigos es bueno dentro de un orden, porque según unos
estudios hay casos en los que no conviene darle tantas vueltas a un problema
con personas que no te lo pueden solucionar y que te dan un estrés añadido.
-Las adolescentes cuando cuentan sus problemas con todo detalle
al grupo de “amigas del alma”, suelen
acabar deprimidas o con ataques de ansiedad como resultado de haberle dado
tantas vueltas a lo que les sucedía; al concederles tanta importancia y tanto protagonismo.
-La Asociación
Psicológica Norteamericana ha publicado un interesantísimo trabajo sobre
este problema al que ellos han llamado “Co-rumiación”,
y que es ni más ni menos que hablar y hablar dándole mil vueltas a un problema
con un grupo de amigas que aunque nos
quieran mucho, no saben que hacer en estos casos y no pueden decirnos cómo solucionarlo.
-Así que tras entrevistar con un equipo de
trabajo a muchísimas adolescentes, concretaron que a pesar de que las niñas que
lo hacían solían tener un buen grupo de amigas que las querían, eran candidatas
a estar tristes, desesperanzadas y deprimidas.
-Así que la co-rumiación, solo sirve si se hace
con la persona adecuada (un psicólogo, o un adulto preparado),que pueda ayudar
y aconsejar sobre la magnitud y las
consecuencias del problema.
-Lo más sano es hablar con los amigos del
problema sin dar todos los detalles, y reunirse con su grupo para realizar otra
actividad que pueda despejarles la cabeza y
hacerles olvidar su problema por un tiempo mientras va intentando resolverlo.
-Hacer deporte, ayuda mucho a oxigenar el
cerebro y después se ven los problemas con una cierta distancia , cosa que
ayuda a relajarse un poco.
-Buenas noches.