viernes, 17 de agosto de 2018

"Desconfiar"


 Nuestro cerebro está programado para confiar en los demás, por eso cuando nos  traicionan, sentimos desconfianza y  se forma un cortocircuito en su  neurobiología que nos evita confiar de nuevo.

-En cuanto descubrimos el engaño, nuestras redes neuronales y las regiones cerebrales que habíamos asociado con emociones positivas  y  buenas sensaciones hacia esa persona , se reemplazan con animosidad, sospecha y resentimiento.

-Este tipo de experiencias, nos hacen muchísimo daño, porque consiguen  que  nuestros niveles de oxitocina disminuyan y que nuestras hormonas del estrés se  disparen, a la vez que nuestro cuerpo ventral se desactiva.

-Somos seres sociables , por eso,  nos encanta hacer cosas con amigos cercanos en los que confiamos   creando  vínculos de ”confianza ciega” ; si viéramos las imágenes de dos regiones específicas del cerebro cuando confiamos, observaríamos un aumento de la actividad del “cuerpo estriado ventral y la corteza prefrontal medial”, ya que el cuerpo estriado ventral es una via clave para procesar la recompensa humana y las emociones positivas.

-Pero una vez que hemos vivido de cerca la traición y el engaño, desaparece nuestra confianza, y nos cuesta muchísimo confiar en alguien, y no queremos ni siquiera darle el beneficio de la duda.

-En la sociedad actual estamos llenos de mentirosos y de estafadores, así que tener una dosis de “escepticismo pragmático” , no es mala idea.

-El problema radica en que después de haber sido traicionado, es muy difícil volver a confiar ciegamente en alguien, pero si queremos establecer relaciones interpersonales sanas, sinceras  y auténticas, necesitamos tener no solo colaboración, sino confianza, que son las que fortalecen nuestro bienestar en el nivel más profundo.


-Buenas noches.