Vivimos en una sociedad que da cada vez más
valor a la apariencia de las personas y se fija menos en sus cualidades que son su verdadero valor.
-Las personas a veces, tienden a juzgar a los
demás por su aspecto, con ideas falsas para
sentirse superiores a ellos y estar a gusto consigo mismo.
-Es duro de creer, pero es una realidad, porque
las críticas de estas personas son superficiales y gratuitas, ya que apenas las
conocen ; así que se dedican a dañar su reputación sin reflexionar sobre lo que
hacen.
Voy a contaros un cuento muy antiguo en el que
se ve claramente cómo funcionan las relaciones para que no juzguemos irreflexivamente a alguien sin saber sus cualidades ni los motivos de su
comportamiento.
-La Rosa y El Sapo:
-Había una vez en un jardín cerca de un mercado muy transitado, una
hermosa rosa que destacaba por sus colores intensos y sus pétalos suaves.
- Todos los que por allí pasaban , se paraban a mirarla y
comentaban lo bella que era. La rosa estaba tan feliz que se creía muy importante y superior a todas las demás
plantas del jardín.
-Un día , pensó que aunque la gente estaba pasmada por su
belleza, nadie se atrevía a acercarse mucho porque siempre estaba a su lado un
sapo grande y oscuro que le resultaba repugnante.
-La rosa pensó que no estaba dispuesta a
soportar esa situación por más tiempo y
le dijo que se marchara inmediatamente de su lado, porque la gente al
verle tan feo, no se atrevía a acercarse a disfrutar de su belleza.
-El sapo con voz triste , le contestó que se
iría si ese era su deseo, y salió del
jardín saltando con tristeza.
-Cuando días después pasó por delante del jardín
el sapo, vio que la rosa estaba casi
marchita, apenas le quedaban tres o cuatro pétalos descoloridos, el tallo
estaba oscuro y encorvado y las hojas
esparcidas por la hierba.
-La gente sentía al pasar lástima por ella y ya
nadie la miraba.
-El sapo le dijo : ¡Tienes mal aspecto! ¿Qué te
ha pasado?.
-Cuando te marchaste, las hormigas y otros
insectos se comieron mis hojas y las malas hierbas crecieron a mi alrededor
impidiéndome tener agua para alimentarme lo suficiente.
-¡Claro, respondió el sapo! Cuando yo estaba a
tu lado, me comía los insectos e impedía que las malas hierbas creciesen . ¡Por
eso eras la flor más bella del jardín!
-La rosa, se dio cuenta de su error. Había
despreciado al sapo por su aspecto, creyendo que no servía para nada.
-Todos en esta vida tenemos algo que aprender y
algo que enseñar Nunca deberíamos juzgar a nadie por su aspecto, condición e
ideología , porque a lo mejor nos están haciendo un bien del que no somos conscientes.
-Lo importante es lo que cada uno tenemos en el
interior y el esfuerzo que ponemos en nuestras acciones.
-Buenas noches.