Cuando somos adultos y tenemos a nuestros hijos
criados y más o menos independientes, no nos solemos dar cuenta de que todos
estos años también han pasado para nuestras madres y que son mayores y un poco
más frágiles.
-Mamá, creíamos que era de plástico duro, la fuerza de la naturaleza, el regazo del consuelo,
y la única que se atrevía a decirnos que estábamos horrorosas tan delgadas o tan gordas , y que siempre nos
aconsejaba muy bien sin importarla que nos enfadáramos .
-Mucha gente carece de empatía y no son capaces
de sentir nuestro dolor , por eso en vez de callarse, se dedican a decir
estupideces como: “es ley de vida”. “deberías estar agradecida a la cantidad de años que la has podido
disfrutar”, “ha tenido una vida tan larga…”…etc.
-No entienden nada de esa misteriosa conexión que
tenemos algunos hijos con nuestras madres,
donde basta una mirada para decir mil cosas, y con un solo gesto resumimos una
situación.
-Creíamos
que cuando fueran mayores , lo
notaríamos y nos iríamos haciendo a la idea de que no son eternas, pero desgraciadamente no suele ser así.
-Una amiga muy querida, está pasando por
momentos terribles , porque su madre , una mujer valiente, luchadora y con muchísimo
carácter, de pronto, de manera inesperada, ha enfermado gravemente , y está
luchando en una UCI.
-Llevan varios días sus hermanos y ella sin
separarse de su lado, excepto en las horas de trabajo, y haciendo carambolas
para que siempre se sienta rodeada del amor de sus hijos.
- Ella es una mujer culta,activa que hace gimnasia, pasea, sale con sus amigas al cine, al teatro, a merendar y tiene contacto diario con sus hijos y nietos.
-La idea de que está gravísima , no la acaban de
asumir, porque con solo imaginarse la vida sin ella , les invade una terrible
sensación de orfandad, y siempre ven algo que les parece que es un claro síntoma
de mejoría.
-En estos momentos , están pasando la película de sus
vidas, sus exquisitas comidas, su alegría de vivir y su fortaleza de espíritu y se dan cuenta de que ella ha estado en todos sus buenos y malos
momentos, apoyándola y ayudándola.
-A mi amiga le cuesta tanto imaginar su vida sin
ella que no se siente capaz de intentarlo.
-Yo, desgraciadamente perdí a mi madre hace años,
y no pasa un solo día en el que no la
recuerde, así que la he dicho que la acaricie y le diga lo mucho que la
quiere , porque aunque lo sabe, la
encantará oírlo.
-Yo creo en los ángeles de la guarda, y tengo
encendida una vela gorda para pedirles que la ayuden y la protejan.
-Buenas noches.