martes, 28 de junio de 2011

"Insultar al Profesor"




Os voy a contar una historia de una profesora que me han contado
-Había una vez una profesora, muy trabajadora y exigente con sus alumnos.
-Al terminar el curso, mientras estaba guardando sus cosas para el próximo curso, se le acercó el peor alumno que había tenido, con las notas suspendidas en la mano, y a gritos dijo:
-“Estoy tan contento de que haya terminado el curso, solamente por no tener que volver a ver su fea cara, ni escuchar sus aburridísimas clases”.
-Se paró frente a ella, con las piernas separadas, y los brazos en la cintura, con una actitud chulesca y desafiante. Pero la profesora, sin inmutarse, le respondió:
-Contéstame una cosa, por favor:
-¿Cuándo alguien te ofrece algo que no quieres, lo aceptas?.
-No, claro que no, respondió el alumno.
-Pues yo pienso que, cuando alguien intenta atacarme, o decirme algo que me resulta muy desagradable, está ofreciéndome algo.
-Tú, me estás ofreciendo tu rabia, tu rencor, y tu frustración, y, yo decido no aceptarlas.
-Si me siento ofendida o me pongo furiosa o indignada, estaré aceptando tu regalo, y yo prefiero no hacerlo, y disfrutar de mi serenidad.
-La vida nos da la oportunidad de amargarnos o de ser felices.
-Sé que estás muy en enfadado, y que tu rabia pasará, pero no intentes dejarla conmigo, porque tu rabia, a mí no me interesa en absoluto.
-Siento mucho no poder controlar lo que tú cargas en tu corazón, pero de mí depende solamente, lo que yo cargo en el mío.
-De ti depende lo que elijas sentir, tú decides lo que vas a pensar, porque tienes en tu mano, el sentirte feliz o desgraciado, lo que tu elijas tendrás, hasta que decidas tener otra cosa mejor.
-Dios , nos dio el libre albedrío, que es el poder de elegir nuestros pensamientos, y nuestras decisiones.
-El libro de los Proverbios(15:1), dice:
-“La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego”.
-La violencia, solo engendra violencia, por eso, ¡si aceptamos las ofensas, responderemos en el mismo idioma!
-Solamente tú, decidirás si aceptas o no la crítica destructiva, la ofensa y la burla de otros.
-Respira hondo, procura controlarte, no escuches cosas malas ni guardes amargura en tu corazón, responde siempre con educación y respeto, y procura evitar las palabras duras, porque a lo mejor, en alguna ocasión tienes que tragártelas.
-“Empeñarse en recordar constantemente una ofensa es hacerla mayor, y al final uno termina más ofendido y amargado”.
-Resumiendo: “Nunca te quedes con ninguna ofensa, devuélvelas todas, aunque solo sea con el pensamiento”.