Me ha encantado leer un estudio de un terapeuta del tejido del Reino Unido,
que ha investigado sobre el efecto
terapeútico del tejido en las personas tristes o deprimidas, en una encuesta de
más de 3545 tejedores.
-Más de la mitad de los encuestados, de distintas edades, afirmaron
que tejer les hacía sentirse muy felices, y muchos confesaron que tejían porque
les quitaba totalmente el estrés, se sentían relajados y con ganas de hacer
cosas nuevas.
-Además resulta que el nivel de felicidad aumentaba con la frecuencia del
tiempo que dedicaban a tejer. Los que tejían más de tres veces a la semana,
estaban mucho más tranquilos y felices que los que lo hacían solo una vez.
-También demostró que tejer en grupo es mucho mejor
que solo, porque compartían experiencias parecidas que les gratificaban a todos.
-Así que a los psicólogos y terapeutas a los que
tanto les preocupaba que un grupo grande de personas fuera incapaz de aprender
a meditar, ya han encontrado el sustituto perfecto, “tejer”, ya que si esas
personas tejen y disfrutan haciéndolo, uno de los efectos secundarios, de tejer, es
que se sentirán alegres y felices,
obteniendo los mismos beneficios que si
estuvieran meditando.
-Albert Einstein tejía” para calmar su mente y aclarar su pensamiento”.
-Nuestras abuelas eran intuitivas y un poco
sabias, porque cuando estaban nerviosas o disgustadas, se ponían a hacer
calceta porque les calmaba los nervios.
-Ahora los neurocientíficos se están dando
cuenta de que tricotar o hacer ganchillo mejora el estrés, la depresión, la
ansiedad, la manera de enfrentarse a la adversidad, cosas fundamentales para
mantener un cerebro sano y alegre.
-Buenas noches.