Nosotros ”somos los arquitectos de nuestro
propio cerebro”, dijo Santiago Ramón y Cajal, nuestro sabio Premio Nobel, y
según pensamos y hablamos construiremos nuestro yo.
-De nada vale decir que somos muy positivos si cada vez que nos confundimos o tenemos el
mínimo tropiezo, nos insultamos, con un” soy tonto, no me fijo, todo lo hago
mal”….somos lo que decimos, o sea que no podemos decir nada de eso.
-Nuestro lenguaje diario, no puede ser
derrotista, ni negativo si aspiramos a ser la persona valiente y optimista que
queremos ser, sino que tendremos que enviar a nuestros receptores, buenas
sensaciones, y también buenos mensajes con buen tono, pues a veces el tono
cambia el sentido de nuestras palabras.
-A todos nos encanta charlar con personas que
utilizan palabras bonitas , no dicen nunca groserías, su tono es apacible y
relajado, y nos transmiten calma y felicidad.
-Nos hemos acostumbrado a decir lo que no
queremos y con eso solo logramos grabarlo en nuestro subconsciente, por eso
tenemos que utilizar las palabras más adecuadas para transmitir nuestro
mensaje, porque nuestras palabras afectan al comportamiento y si mandamos
mensajes positivos, creceremos en positividad.
-Por las mañanas al despertarnos haremos un
recorrido mental por todo lo bueno que nos sucedió ayer y visualizaremos un día
maravilloso para hoy, así nuestro cerebro conectará con lo positivo y no se
fijará en nada malo ni negativo.
-Saludaremos con una gran sonrisa a todos los
que se crucen con nosotros. La sonrisa es contagiosa lo mismo que la
amabilidad, así iremos sembrando a nuestro paso semillas de positividad.
-Los científicos han comprobado que nuestro
cerebro se activa al oir palabras como feliz, animado, ilusionado, activo, risa…etc.
-La vida la abordamos de diferente manera si
empleamos un lenguaje positivo, y de ellas dependen nuestras reacciones.
-Tanto la ira como el lenguaje negativo, impiden
que nos relacionemos adecuadamente con los demás, y para borrar una palabra
negativa, necesitaremos pronunciar 5 positivas.
-Si empezamos el día con una acción positiva y
por la noche hacemos una lista en nuestro portátil, o en un cuaderno, diario o en un simple papel de las
cosas buenas que nos han sucedido (aunque sea que hemos encontrado
aparcamiento, o que el autobús llegó pronto), el cerebro se cargará de mensajes
positivos e intentará que nos sucedan
cada vez cosas mejores .
-Buenas noches.