-El primero es la luz del Sol, porque refuerza
nuestros huesos y dientes, aportándonos vitamina D que es fundamental para la
mineralización de nuestros huesos y dientes.
Tomar el sol mejora el aspecto de la piel,
equilibra el colesterol, mejora nuestras
defensas, favorece el estado de ánimo, y ayuda al cuerpo a curarse.
-A principios del sigloXX, no había tantas
medicinas y muchos hospitales sacaban a los enfermos en sus camas a que tomaran
el sol para curar la tuberculosis.
-En los países como Alaska, que no tienen apenas sol; las
personas se ponen a menudo bajo unas lámparas un tiempo diario o semanal para
conseguirlo,( aunque yo creo que no es lo mismo).
- Nuestras “defensas” como su nombre indica, son
defensores naturales que actúan como soldados y se dedican a
protegernos de enfermedades; Las hay de muchas clases:
-Defensas externas; como la piel, o las mucosas
que impiden el paso , separando el interior de nuestro cuerpo del ambiente
exterior, como lo haría un muro.
- Defensas inespecíficas, como las lágrimas, son
defensas que atacan a cualquier tipo de agente peligroso.
-Defensas específicas; como las inmunoglobulinas
que están elaboradas por un agente concreto.
-Defensas innatas, son las que se originan al
desarrollarse el embrión, con independencia de la presencia de un antígeno.
-La nariz, la boca o los ojos pueden ser accesos
de entrada de dañinos, así que se protege con el moco, que tiene sustancias que
matan los microorganismos, limpia lo que respiramos, y al toser y estornudar,
lo expulsamos al exterior.
-La saliva que producimos en la boca, también ataca
a las sustancias dañinas, pero si los microorganismos consiguen pasar al
estómago, allí les están esperando los jugos ácidos que acabarán con la mayoría
de ellos.
-Las principales células encargadas de nuestras
defensas son los glóbulos blancos o leucocitos que viajan en la sangre a todos
los rincones de nuestro cuerpo.
-Buenas noches.