“El que no es agradecido no es bien nacido”,
dice un refrán que nos repetían machaconamente nuestras madres, para que
fuéramos educados y valoráramos las cosas que teníamos y aceptábamos con la mayor naturalidad, porque las habíamos
tenido siempre.
-Ahora la ciencia nos da razones por las que esto
es verdad. El doctor Robert A. Emmons,
profesor de psicología de la Universidad de California, tras varios estudios
clínicos, ha llegado a la conclusión de que las personas agradecidas disfrutan
de muy buena salud.
-Si somos
agradecidos, tendremos grandes
beneficios a corto plazo, porque mejorará la respuesta de nuestro organismo
frente a las enfermedades, seremos más resistentes a la inflamación y a los
fallos cardiacos, dormiremos mejor,
reduciremos el estrés y la ansiedad, estaremos mucho más contentos y
aumentaremos nuestras ganas de hacer ejercicio.
-La gratitud está muy unida a la “salud mental”,
y las personas que está satisfechos con
su vida, suelen ser personas alegres, optimistas, llenas de esperanza y de
compasión.
-Cada vez que reflexionamos sobre las cosas a las que estamos agradecidos, disparamos la
producción de dopamina y serotonina, dos potentes antidepresivos, y al
convertirse en un hábito, cada vez que escribimos un e-mail de agradecimiento,
nuestro cerebro experimenta cambios que pueden durarnos dos o tres meses.
-La gratitud también nos protege de los destructivos impulsos de la envidia, el
resentimiento, la codicia y la amargura.
-Las personas agradecidas pueden hacer frente
sin demasiado esfuerzo al estrés diario, se recuperan más rápidamente de las
enfermedades y disfrutan de una mejor salud psíquica.
-Por eso, vamos a ser agradecidos , y si no se
nos ocurre nada, haremos una lista de tantas cosas por las que deberíamos estar
agradecidos como la familia, los amigos , la salud ...etc.
-Buenas noches