No sé por qué razón todo el mundo está pensando en los deseos del
nuevo año; parece que tras tocar las doce campanadas vendrá una nueva
era en la que tendremos la oportunidad
de empezar de nuevo, sin darnos cuenta
de que esa oportunidad se nos ofrece cada día.
-Ya os he contado que mi madre decía que cada
mañana nos entregan un monedero con 24 horas, que podemos emplear a nuestro
antojo, pero que si no las utilizamos , a las 12 de la noche, desaparecerán como el vestido y la carroza de Cenicienta, aunque
no las hayamos utilizado.
-En la vida antes o después todos nos
arrepentimos de las cosas que no hicimos, mucho más que de las que hemos hecho,
así que haremos lo que queríamos hacer para no arrepentirnos de no haberlo
intentado.
-Es necesario estar alerta a esas oportunidades
para que las veamos claramente cuando se
nos presenten y las podamos aprovechar.
-Einstein decía : “entre las dificultades se
suelen esconder las mejores oportunidades”.
-Lo importante es que nosotros tengamos claro lo
que nos hace felices y lo que queremos, porque así no dejaremos que estas
oportunidades pasen de largo, aunque a los demás no les agraden ,
y las agarraremos con intuición y coraje.
-Para lograr alcanzar estas metas, es necesario, hacerlo en cuanto aparezcan y no
posponerlas, porque si decidimos verlas
mañana con más calma, a lo mejor ya no
se nos presentan.
-No se puede posponer el presente, porque pasa
muy rápido y la felicidad no se programa, se crea y se siente.
-No nos debemos abatir por los fracasos, porque en el fondo no son más que una manera de ocultar
nuestro miedo, y si reflexionamos sobre
el lugar donde se refugia ese miedo, veremos que es en nuestra propia mente.
-Son oportunidades de aprendizaje, y no es nada
que escape a nuestro control, porque nosotros somos los que mandamos y
decidimos que pensar y que permitir.
-No volveremos a perder una oportunidad, porque
en ellas están trocitos de nuestra felicidad.
-Buenas noches.