Los seres humanos somos muy complicados, y la mayoría de las
veces no damos el valor que les corresponde a todas aquellas cosas que tenemos.
Enseguida pasan a formar parte de nuestro patrimonio personal, y nos parece lo
más normal del mundo por ser algo cotidiano.
-Esta noche estoy un poco melancólica, y me he puesto a
hacer balance de todas las atenciones que nos dedican tantas personas queridas
constantemente, y estoy pensando que a lo mejor no les damos las gracias casi nunca y no se lo decimos,
pero en cuanto nos dejan de llamar, o de escribir, lo notamos y lo echamos de menos.
- Escribo esto para que
reflexionéis, como estoy haciéndolo yo, y si todavía estáis a tiempo, toméis
medidas para enmendar vuestro error.
- Acabo de enviar un mail a una amiga, que hace tiempo que
no me escribe, y he pensado que a lo mejor está muy ocupada, y la he dicho que
echo mucho de menos sus correos.
-Tampoco solemos dar las gracias a tantos amigos que nos reenvían
las cosas bonitas que reciben porque quieren compartirlo con nosotros, esto
tiene mucho mérito, ya que al leer algo bonito, se acuerdan de nosotros.
-También agradezco mucho a esas personas tan amables que
mandan correos diciéndome que son seguidores de mi blog, y que les gusta mucho.
A mí me hace muchísima ilusión y me llena de orgullo el ver que tanta gente de todas las partes del mundo, busca cada día mis” ingredientes de la vida”, y lo
leen.
-Mi gata Chundi, está esperando cada tarde al anochecer a
que me siente frente a mi portátil, para saltar a mi regazo y hacerse un
ovillo. Yo creo que se da cuenta de que debe acompañarme y apoyarme en estos
momentos con su ronroneo y su calorcito.
-Ahora mismo me acaba de contestar mi amiga diciéndome que
está ocupadísima pero que se alegra mucho de que la haya escrito.
-Ahora todos pensar un momento en todas esas personas que si
no estuvieran con vosotros las echaríais muchísimo de menos, y decírselo. Un
besito