Enfadarse es muy fácil, pero hacerlo con la
persona adecuada en el momento oportuno no, porque nos solemos enfadar cuando
estamos hartos y malhumorados y casi nunca es culpa de ellos, sino que ha
habido una serie de cosas que se nos han ido amontonando y al final nos superan.
-Aunque estemos hechos polvo, y nos hayan roto
el corazón, la vida no se detiene por nosotros, así que no hay más remedio
que reponernos y seguir.
-Casi nunca tenemos en cuenta que a lo mejor nuestro enfado viene de que nuestros amigos cambian lo mismo que nosotros hemos cambiado y
seguiremos cambiando , con la diferencia de que en nuestro cambio nosotros
estamos presentes y en el de ellos, no.
- Nuestros amigos a veces nos dicen cosas que
nos hacen daño, pero debemos perdonarles , e intentar comprender lo que les ha
llevado a esa situación, y si no lo entendemos , se lo diremos e intentaremos
aclarar las cosas.
-Nuestro cariño hacia un buen amigo crece y
crece y a veces pasan largas
temporadas antes de que nos volvamos a
reunir y a pesar de todo, les seguimos
recordando y pensando en ellos .
-La amistad no se rompe por la distancia , ya
que tenemos la seguridad de que bastarán unas pocas palabras, un abrazo y una
sonrisa para recuperar el tiempo perdido.
-Sabemos que no es conveniente estallar en un
instante y decirles cosas que no son ciertas
para desahogarnos y soltar nuestro
enfado o nuestro rencor porque “palabra suelta no tiene vuelta”, y a veces
rompemos una amistad de toda la vida por un momento de rabia o de rencor.
-Respirar hondo y tranquilizarse en esos
momentos no siempre es fácil, pero si es muy conveniente, porque estamos
trabajando en silencio para conseguir ser las personas que queremos ser y este es el único camino.
-Nunca debemos despedirnos de un buen amigo sin
decirle una palabra cariñosa, porque la
vida es sorprendente y caprichosa y podría ser la última vez que les veremos.
-Somos fuertes y valientes y nuestro cuerpo
aguanta mucho más de lo que creemos que somos capaces de aguantar , porque
siempre saca no sabemos de dónde esas
fuerzas escondidas que salen en los momentos de crisis.
-Nosotros al fin y al cabo somos los únicos
responsables de todo lo que hacemos , porque podemos escoger nuestra manera de reaccionar y no existe disculpa para una mala
actuación .
-Si no aprendemos a controlarnos, seremos
víctimas de nuestra ira y de nuestro genio, y no es eso lo que queremos.
-“Cuando hay confianza da asco”, porque solemos
ser muy desconsiderados con los que más queremos y nos quieren pensando que nos
conocen , sin darnos cuenta que por eso precisamente son los que más sufren
nuestro maltrato.
-Debemos recordar que aunque estemos muy
enfadados , no tenemos derecho a ser crueles.
-Así que entre todos aprenderemos a ser
cariñosos y comprensivos con nosotros mismos, para así poder serlo con los
demás.
-Buenas noches.