Está demostrado que cuando estamos enfadados,
vemos todo negro y la ira que sentimos no nos permite ser objetivos ni actuar
con sensatez.
-Cuando discutimos con alguien , nos peleamos o
tenemos algún desencuentro, la ira nos invade y tenemos que aprender a
controlarla, porque si nos dejamos arrastrar por ella, reaccionaremos de una
manera inadecuada y desproporcionada.
-De todas maneras, es muy práctico observar la
frecuencia de nuestros enfados, pues eso nos dará una pista de lo tolerantes
que somos, y lo bien, o mal que
aceptamos opiniones diferentes a las nuestras en cualquier ámbito.
-Al enfadarnos, nuestro cuerpo que es muy listo,
se pone en alerta al ver que algo va mal, y libera la ira, que es un mecanismo de
defensa para que nos ayude a combatir ese malestar.
-Cuando salimos de casa enfadados, estamos
preparando un mal día, porque vamos llenos de negatividad y ya no vemos las
cosas de la misma manera que un día alegre y normal, y esto lo notamos en
nuestra manera de conducir, de aparcar, de hablar , en fin, somos personas
mucho más nerviosas e iracundas.
-“El Poder”, ese libro estupendo de Rhonda
Byrne, autora de “ El Secreto”, nos aconseja que eliminemos de nuestro
vocabulario palabras como:
-Terrible.
-Horrible.
- Repugnante.
-Espantoso….etc, y que las sustituyamos por :
-Fantástico.
-Increíble.
-Fabuloso.
-Brillante.
-Maravilloso.
-Si conseguimos con esto conseguir que el 51% de nuestros pensamientos y sentimientos sean
positivos, habremos inclinado favorablemente la balanza de nuestra vida.
-Recordaremos como dice “El Poder” que “Cada
día es una oportunidad para una nueva vida”.
“Cada día estamos en el punto de inflexión, y podemos cambiar nuestro futuro en cuanto queramos a través de los sentimientos”.
-Como al enfadarnos , solemos exagerar las cosas
y sobre actuar, lo ideal sería que fuéramos capaces de darnos un tiempo muerto
para pensar en lo que ha sucedido y en cómo vamos a reaccionar, aunque es algo
bastante difícil.
-También en el enfado , solemos centrarnos en el
otro, exagerando su papel de malo, malísimo, y
quitando importancia a lo que nosotros hemos hecho.
- Lo ideal será que ambos pudiéramos respirar
hondo, e intentar hablar con el otro dando un tiempo para que argumente sus
motivos , y respetándonos cuando
argumentemos nosotros, así veríamos claro lo sucedido y le daríamos al
suceso una cierta distancia.
-Sabemos que existe un grupo de personas que
podríamos llamar “de enfado fácil”, con las que no se puede hablar , porque
siempre tienen razón, si nuestro conflicto ha sido con una de esas personas, no
podremos hacer nada solos, así que no lo intentaremos y buscaremos un mediador
entre los amigos o compañeros de ambos .
-Si evitamos esas peleas tan desagradables,
ganaremos en calidad de vida, y nuestra salud nos lo agradecerá, porque las
discusiones acaloradas, afectan a
nuestra salud, y generan ataques cardíacos.
-Buenas noches.