Esta mañana
hemos salido de compras las tres hermanas cosa que no hacíamos desde hace
tiempo, y lo hemos pasado de maravilla.
-Nosotras tenemos muchísima suerte porque vivimos en la
misma ciudad, muy cerca unas de otras,
somos de edades parecidas y nos llevamos muy bien.
-Para
llevarse bien con alguien, es básico
sentir empatía.
-La empatía
no es ni más ni menos que ponerse en el lugar del otro, entender su situación y
darse cuenta de lo que siente.
-Cuando nos
sentamos en una cafetería, yo a veces
miro sin querer a la gente, y es muy duro reconocer que la mayoría de
personas que están hablando, se oyen pero no se escuchan…. …
-Su lenguaje
corporal, al que yo soy tan aficionada y en el que creo profundamente, revela
cansancio, aburrimiento e incluso desatención.
-La mayoría
está deseando que acabe el otro, para meter baza y decir lo que piensa, muchas
veces sin dejarle ni siquiera terminar.
-A mantener
una conversación fluida donde uno habla y el otro escucha se aprende en la
primera infancia, y si a ti no te han escuchado y no has aprendido a escuchar
en una edad temprana,si no has jugado en grupos donde has tenido que esperar, escuchar y respetar el turno, te costará muchísimo trabajo hacerlo.
-La empatía
es necesaria, ya que sin ella no te enteras de la profundidad del mensaje del
otro, y no puedes establecer un diálogo con él.
-La empatía
es nuestra conciencia social, y gracias a ella podemos relacionarnos de manera
sincera con nuestros amigos y familiares, porque somos capaces de captar los
matices de sus mensajes, cosa que las
personas insensibles no saben hacer y a veces señales graves les pasan desapercibidas.
-Por eso es
muy importante acostumbrar a los niños a ponerse en el lugar del otro, hay que
explicarles que el otro también tiene su corazoncito cuando surgen problemas
entre ellos, porque esto será la semilla para que vaya desarrollando una
inteligencia emocional, a pesar de que sabemos que además de razones
educativas, en la empatía influyen también razones genéticas.
-Mis
hermanas y yo, tenemos la buena costumbre desde la infancia de contarnos los
problemas en cuanto podemos, como hacíamos con nuestra casa que era una casa
muy alegre ya que éramos una familia numerosa y compartíamos nuestros problemas y nuestras alegrías, y
tanto nuestra madre como la abuelita o mi tía Loti, eran tremendamente
comprensivas y siempre nos ayudaban a encontrar la solución, porque sabíamos
que siempre hay una manera.
-Ahora
nosotras, seguimos haciendo lo mismo y juntas enseguida encontramos la solución,
porque tres ven más que una, y a veces el punto de vista de la otra es más realista que el tuyo, ya que si
estás metida de lleno en el problema, no puedes juzgarlo con distancia, y la
distancia es muy necesaria para valorar las cosas en su justa medida.
-Si una
persona te cuenta que se encuentra un poco
baja de tono, lo primero que hay que hacer es ponerse en su lugar, pensar cómo
te sentirías tú en esa situación, y si es algo real, o está exagerando.
-Desde momento en el que te pones en su lugar con
generosidad, y piensas en cómo te
sentirías tú en esas circunstancias, ya has empezado a ayudarle porque lo
primero que necesita alguien que te pide ayuda es saber que la estás escuchando,
que te has puesto en su lugar, y
que vas a ayudarle a tomar algún tipo de medida o a
buscar alguna solución.
-Por eso es
muy importante escuchar a los demás con atención e interés.