Esta noche
es la más mágica del año.
-Recuerdo como
si fuera hoy las noches de Reyes de mi infancia.
- Los 5
hermanos teníamos que limpiarnos personalmente los zapatos para que los Reyes
Magos vieran que éramos niños buenos y limpitos y nos dejaran muchísimos
juguetes.
-Nos
acostábamos prontito, porque los Reyes nunca dejan juguetes a los niños
despiertos…….
-En casa de mis padres, los Reyes solían dejar
los juguetes en un mirador acristalado que teníamos, y en cuanto amanecía
llamábamos a nuestros padres, y todos juntos íbamos a descubrir los regalos que
nos habían dejado. Entonces nadie se quejaba de que no teníamos tiempo para
jugar con los regalos porque en seguida se volvía al colegio.
- Los Reyes,
tenían su día, era algo mágico y lo aceptábamos todos encantados y punto.
-Ahora con
las modernidades todo se cuestiona, como decía mi suegra: “Estos tiempos
modernos vuelven a la gente loca. Todos quieren tener calor en invierno y frío
en verano”…..
-Mi marido y
yo, seguimos la tradición con nuestros niños, que seguían limpiando sus
zapatitos y acostándose prontísimo para recibir muchos regalos de los
Reyes Magos de Oriente.
-Pero en cuanto
crecieron un poco, tuvimos que transigir
y hacer lo
mismo que hacían nuestros amigos y vecinos, y por eso de lo práctico de las fechas, para que
pudieran disfrutar en vacaciones, incluimos en nuestras vidas a Papá Noel; nos
enteramos de que vivía en un pueblecito llamado Rovaniemi en el Círculo Polar
Ártico en Laponia Finlandia, y no tuvimos más remedio que aprendernos los
nombres de sus renos: Dasher, Dancer, Prancer, Comet, Cupid, Donner y Blitzen
que le acompañan la noche de Nochebuena, y se quedan aparcados en los tejados
mientras Papá Noel baja por nuestras chimeneas…..
- De todos
modos, nosotros siempre dimos más importancia a los Reyes Magos, y los niños
sabían al dedillo la historia de la visita de los Reyes al portal de Belén, y
en el nacimiento que poníamos en casa cada día les acercaban más al portal
hasta lo noche de Reyes que les ponían delante del niño para ofrecerle sus
regalos de oro, incienso y mirra.
- Mis hijos,
se empeñaban en que teníamos que dejar la noche de Reyes, un cubo con agua para los camellos, que vendrían
sedientos, y turrones y mazapanes y una
copita para Melchor, Gaspar y Baltasar, que además les debía gustar mucho ya que por la mañana milagrosamente se habían comido y bebido para alegría y
sorpresa de los niños……
-Ahora le toca el turno a nuestros nietos, y aunque
aquí no ponen sus zapatos, mañana
tendrán en la chimenea los regalos que les dejarán esta noche Sus Majestades
los Reyes Magos de Oriente, por haber sido niños buenos.
-¡Felices
Reyes para todos!