No sé por qué razón ni por qué motivo nos
importa tanto la opinión de los demás; fingimos que no es así, pero si
reflexionamos con sinceridad, veremos que si que nos importa.
-Desde pequeños,
en el parvulario tenemos que establecer relaciones horizontales con niños
iguales a nosotros y tenemos que buscarnos un grupo de amiguitos en el que
nos integremos bien y nos
acepten por nuestros méritos propios,
cosa que en la familia se nos da hecho.
-Entre 3 y 5 años , los niños se sienten más a
gusto junto a otros niños que se comportan
de forma parecida a ellos, y de su mismo género, y con ellos aprenderán a
interactuar, a ayudarse, a consolarse y
a resolver sus conflictos .
-Tanto los niños como los adultos, queremos
gustar y buscamos que los otros nos quieran y esto es muy difícil de lograr
porque por muy bien que hagamos las cosas, siempre habrá alguien al que no le
guste lo que hacemos o como lo hacemos , y otros a los que les dará envidia .
-Ahora somos adultos y no podemos consentir que
los otros manipulen nuestras decisiones ni nuestra manera de ser o de actuar;
tenemos que tener muy claro que a la única persona a la que tiene que convencer
nuestra manera de ser o de actuar es a nosotros mismos.
-Así que lo primero y principal será actuar de manera sincera y
consecuente con nosotros mismos, estando convencidos de lo que hacemos y de por
qué lo hacemos aunque sepamos a ciencia cierta que habrá personas a las que no
les parezca bien.
-Seremos cuidadosos con nuestras palabras para
conseguir decir lo que pensamos sin ofender a nadie.
-Actuaremos de manera creativa, siempre de la
mejor manera para que nos sintamos orgullosos de nosotros mismos a la vez que
reforzamos nuestra auto-estima.
-Cuando actuamos con honestidad y consecuencia,
nuestro trabajo lo refleja y resulta mucho más útil y más brillante, además no
tenemos ninguna necesidad de impresionar a nadie, porque nos sentimos felices
actuando a nuestra manera, y esa felicidad se reflejará en todo y la percibirán los que nos rodean.
-Recordaremos que a la gente le importamos muchísimo
menos de lo que creemos, porque cada uno
tiene “su alma en su armario” y cada uno lleva su propia carga de problemas
personales y particulares.
- Si estamos satisfechos con nosotros mismos ,
podremos admirar las habilidades de los otros sin envidiarlas.
-Buenas noches.