Creo que si pensamos en lo malo acabaremos
perdiéndonos lo bueno.
-En nuestro recorrido vital, debemos encontrar
el camino que nos lleve a la felicidad e
intentaremos seguirla sin hacer caso de los contratiempos que nos surjan.
-Entre los 2 y los 7 años, los niños mezclamos
realidad y fantasía, es una manera de enfrentarnos a un mundo difícil y
complicado, pero en él nos sentimos cómodos.
-Poco a poco iremos incorporando unas cosas y tachando otras, según vayamos
entendiéndolas.
-No sé por qué extraña razón tendemos a recordar
lo malo, y una vez que pasó, hay que tirarlo
y pasar página centrándonos en lo bueno, que es lo que nos hace feliz.
-Las malas experiencias, son ensayos que nos
dejaron muy claro que eso no nos gusta, no funciona, ni nos conviene y nuestro
subconsciente ha tomado buena nota; así que no volveremos atrás ni para coger
impulso.
-Cuando somos adultos disfrutamos de libertad
para decidir y elegir; es el momento apropiado para desaprender aquellas cosas
que aprendimos de pequeños, y que
sabemos a ciencia cierta que ni nos gustan ni nos sirven para nada.
-Disfrutar de nuestra libertad y decidir lo que
hacemos con nuestra vida es uno de los grandes placeres que nos otorga nuestro libre
albedrío, así que lo pondremos en marcha y quitaremos todo lo que nos estorba
en nuestro camino.
-Cuando ya nos hayamos librado de las trabas nos atreveremos a ser lo que cada uno somos.
-Una vez que consigamos esto, seremos
respetuosos con las ideas de los otros, pero no consentiremos en ceder haciendo
lo que los demás piensan que deberíamos hacer.
-Así que nuestra felicidad la alcanzamos desde
el momento en que estamos en armonía con
nosotros mismos y con la vida, sean cuales sean las circunstancias.
-Buenas noches.