Tomamos demasiadas
pastillas. Vivimos en un tiempo en el que nos han hecho creer que casi todo se
puede resolver con pastillas.
-Las
personas mayores están muy solas, porque se ha perdido la costumbre de visitarlas,
y sus hijos suelen estar demasiado
ocupados, perdiéndose la vida…..
-En cuanto
los hijos les oyen quejarse de que se sienten solos, ya quieren llevarles al médico porque creen que tienen una depresión, que se arreglará con pastillas.
los hijos les oyen quejarse de que se sienten solos, ya quieren llevarles al médico porque creen que tienen una depresión, que se arreglará con pastillas.
-A mi me
parece que es soledad y que se arregla con amor, un buen abrazo, una palabra de
cariño hacen mejor papel que tanto Paracetamol que nos daña el hígado.
-Si todos
los que tienen familiares mayores, se turnaran para visitarles, seguro que no
necesitaban tantas pastillas que están tapando una” tristeza de alma”.
-El otro día
hice un bizcocho y se lo llevé a una vecina porque me enteré de casualidad que
la habían operado y estaba en reposo.
-Se quedaron
su marido y ella tan pasmados y estaban
tan agradecidos que a mí me dio muchísima vergüenza.
-Cuando yo
era pequeña, mi madre visitaba a los vecinos cuando estaban enfermos, y siempre solía llevarles algo.
-Además de
ser una” Obra de Misericordia”, es una buena costumbre.
-Me contaba
una vez un médico amigo mío que mucha gente va a su consulta porque se siente
muy sola, y allí encuentra un ratito de comprensión.
-En las
ciudades la gente se siente incómoda en el ascensor porque tiene que compartir espacio
con otras personas.
- Miran con
recelo a los vecinos, cuando toda la vida en Madrid se ha dicho el refrán: ¿Quién
es tu mejor hermano?. Tu vecino más cercano.
-A mí me
encanta la gente. Yo en cuanto llego a una consulta, a los 5 minutos estamos
hablando todos en la sala de espera. Mis hijos y mi marido me regañan, pero yo
no hago ni caso……
-Hablar con
la gente es muy entretenido, porque cada uno es diferente, y han vivido
experiencias diferentes a las nuestras.
-Los médicos
son mucho mejores que nunca. Las medicinas muy eficaces, pero la gente está muy
sola, y si todos los días charlaran con sus vecinos, no les sucedería eso.
-Nos reímos
poco, y contamos pocos chistes, cuando sabemos a ciencia cierta que unas buenas carcajadas alegran mucho la vida.
-La gente
tiene mucha prisa, y dedica poco tiempo a hablar de los sentimientos, porque
les da vergüenza, y muchas enfermedades no son más que dolores enquistados.
- La gente
se enfada por tonterías, y es desconfiada.
- Se
acuestan cansados, toman pastillas, pero no duermen, y como ya no rezan, pues
no saben que rezar es un mantra que te relaja y te baja la tensión, sumiéndote
rápidamente en un sueño mucho más tranquilo y reparador que un somnífero.
-Leemos muy
poco, con lo que entretiene leer, en cambio, nos pegamos a la televisión como
posesos.
-Hablamos
mucho más que escuchamos, y hay que escuchar a los demás porque a veces nos están pidiendo socorro.
-Nos haremos
el propósito de cada día hablar por lo menos con una persona a la que no solíamos
apenas ni saludar.
-Intentaremos
comunicarnos y no tener tantos prejuicios
con la gente que no conocemos, pero que viven a nuestro lado, porque a lo mejor
necesitan que les escuchen.