En la cena de Nochebuena , al estar reunidos
todos alrededor de la mesa, empezamos a contar anécdotas de otras
navidades de antaño, donde nos habían
sucedido cosas muy curiosas y divertidas, y los chicos se reían a carcajadas.
-Siempre que hablamos de cosas que pasaban en
nuestra casa de Maldonado, sale a relucir mi abuelita, a la que todos
llamábamos “Lita”, una gran señora que no salía a la calle sin sombrero ni
guantes en sus buenos tiempos.
-Lita, fue original hasta en su demencia, porque
nunca chillaba ni se descomponía, simplemente se enfadaba mirando al que la ofendía
de arriba abajo con sus gafas de miope, o sus impertinentes que llevaba
colgados de una cadena dorada, recuerdo de tiempos mejores.
-Lita en cuanto se cansaba, se despedía de todo
el mundo, porque la estaban esperando en su casa, y no servía de nada intentar
razonar con ella diciéndole que su casa era esta, porque sacaba los impertinentes
y te fulminaba por atreverte a decir bobadas.
-En cuanto nos descuidábamos se escapaba, así
que habíamos establecido un turno entre los hermanos para ir a buscarla.
-Normalmente la encontrábamos enseguida en el
bulevar de Velazquez , o en Serrano, a veces estaba hablando con algún conocido
y la mejor manera de atraerla, era diciéndole que ya habían llegado sus
sobrinos , o su hermana de Laredo, porque en cuanto lo oía, se despedía
disculpándose, y salía a toda mecha
hacia casa, pensando en voz alta en la comida, la cena , o la merienda que les iba a poner.
- Mi tía Loty, también sufrió demencia, y Mª
Jose, nuestra sobrina, recordaba con muchas risas que estando de vacaciones con
ella y con sus padres en un hotel, a un señor se le cayó una chaqueta de punto,
y estaba pasmado de la amabilidad de esa señora mayor, que literalmente se lanzó al
suelo a cogérsela, pero cuando se la pidió; Loty afirmó que era suya, menos mal
que Mª José le aseguró al señor que se la mandarían a su habitación, y así lo hizo en cuanto se puso a revolver en su bolso .
-Hablamos del tío Pepe, un tío rico, de mi madre y mi tía que
tenía todo el año una suite en el hotel Palace , para cuando venía a Madrid por
negocios, y de lo contento que estaba un día que invitó a comer a sus sobrinitas Teresita y
Loty (Nuestra madre y tía respectivamente).
-Las niñas se presentaron con su perro, “Tedy”,
un lobo enorme y cuando estaban sentadas en la terraza del restaurante del hotel Palace, esperando a ser
atendidas; paró un carro lleno de comida, a servir a la mesa de al lado.
-Tedy, oque estaba tumbado muy tranquilito medio
dormido, vio a la altura de sus ojos y olió una enorme y exquisita fuente de
angulas que se comió de un lametazo con su enorme lengua , sin que nadie se enterara, dejando la
fuente reluciente.
-Cuando el camarero la cogió para servir, la vio
vacía y tan brillante , que volvió a la cocina pensando que había sido un
error, pero las niñas se dieron cuenta de que Tedy se relamía y le asomaban angulas por el
hocico, así que su tío Pepe , decidió salir pitando.
- Acabamos entre risas a las tres de la mañana
con una copa de licor de orujo.
-Buenas noches