Esta tarde he
estado releyendo un libro que leí hace años, y que creo que marcó un
antes y un después en mi vida: “El monje que vendió su Ferrari” de Robin S.
Sharma, toda una guía para aprender a priorizar las cosas importantes de la
vida, y que es uno de esos libros que no basta con leerlo una dos ni tres
veces, es necesario releerlo a menudo, ya que cada vez sacas una conclusión
distinta .
-Hay un pequeño cuento , o fábula que me impactó
en su momento, y reconozco que sigue haciéndolo cada vez que le releo . Se
llama “Pedro y el hilo mágico”.
-Pedro era un niño encantador al que todos
querían: su familia, sus maestros, y también sus amigos; pero tenía una
debilidad que consistía en que era incapaz de vivir el momento.
-Tenía ese defecto tan común entre los adultos ; era incapaz de vivir el momento y disfrutarlo,
porque siempre pensaba en que más adelante lo haría…..
-Si estaba en clase, soñaba con estar en el
patio, si estaba en el recreo, soñaba con las vacaciones de verano, y
nunca vivía su presente.
-Una mañana , paseando por un bosque cercano a
su casa, se sentó a descansar, y al rato se quedó dormido.
-Le despertaron los gritos de una vieja que le
llamaba por su nombre. Abrió los ojos, y vio a una anciana de por lo menos cien
años, de pelo blanco envuelta en una manta de lana, y con una pelota en la mano,
de la que colgaba un hilo.
-Mirándole le dijo: Pedro, este es el hilo de tu
vida, si tiras un poco de él , pasará una hora en un segundo, y si tiras
fuerte, pasarán meses o años en cuestión de días.
- ¿Podría quedarme la pelota?, la anciana
asintió con la cabeza y se la entregó.
-Al día siguiente cuando Pedro estaba aburrido en
clase, se acordó de su pelota y tiró pensando en que ya estaba de vuelta a
casa, y así sucedió, se encontró de pronto jugando en su pequeño jardín.
-Enseguida se cansó , y decidió que no quería
ser un colegial, sino un muchacho adolescente, así que tiró del hilo de nuevo.
-Ya era un adolescente y tenía una bonita novia,
pero seguía sin estar contento , y quería más y más, así que tiró y tiró, y se vio
convertido en un adulto. Su novia era su mujer, estaba rodeado de hijos, su pelo estaba canoso, y su mamá era muy
viejecita y frágil.
-Tiró más esperando un nuevo cambio, y de
pronto, se dio cuenta de que ya tenía 90 años, su bella esposa que también había crecido con él, se había
muerto. Sus hijos eran muy mayores y habían hecho sus vidas lejos de él.
-Por primera vez se dio cuenta de que no había
sabido disfrutar de las maravillas que la vida le había ofrecido.
-Pensó que nunca había paseado con Elisa, su
mujer a la luz de la luna. Nunca había ido a pescar con sus hijos. Nunca había
plantado un huerto, ni leído un libro de los que tanto gustaban a su querida
madre.
-Se dio cuenta de que había pasado por la vida
tan deprisa sin ver todo lo bueno y sin disfrutar del camino.
-Fue al bosque donde paseaba de niño , y donde
empezó todo. Se dio cuenta de que los arbolitos de su infancia eran árboles
grandísimos. Se sentó en la hierba y se quedó
dormido.
-Oyó una voz que le llamaba, y al abrir los ojos
vió a la anciana que le había regalado la pelota con el hilo mágico. ¿ Has
disfrutado de mi regalo?, le preguntó.
-Pedro contestó: “ Al principio fue muy
divertido, pero ahora odio esa pelota. La vida se me ha pasado volando. Me he perdido
el don de la vida y ahora me siento vacío por dentro”.
-“ Aunque eres un desagradecido, te voy a conceder un último deseo” dijo la
anciana”. Pedro pensó durante un minuto y dijo:”Quisiera volver a ser niño
y vivir otra vez la vida”, y enseguida se durmió.
-Pedro se despertó al oír que de nuevo le
llamaban , y vio que era su madre. Comprendió que la anciana le había concedido
el deseo, y ahora su mamá joven y guapa , le estaba regañando porque no se
levantaba para ir a la escuela y era tarde. Pedro abrazó a su madre , y tomó la
decisión de no desaprovechar ni un minuto de su maravillosa vida.
-La moraleja es que en el mundo real, nunca hay
segundas oportunidades porque el tiempo no vuelve, así que nunca deberíamos
posponer nuestra felicidad.
-Con este cuentecillo podemos hacer examen de
conciencia y valorar si realmente estamos viviendo nuestra vida cada día, o si
solamente nos dedicamos a tirar del hilo.
-Buenas noches.