Todos hicimos nuestra lista de propósitos de Año
Nuevo, porque nos parecía que empezar
con el año era lo más correcto; pero lo que suele pasar es que más de las ¾ partes de las personas que lo
escribimos, desgraciadamente no los
hemos cumplido.
-Cuando prometimos cambiar con el nuevo año ,
para mejorar nuestra vida, seguramente no nos dimos cuenta de lo difícil que es
cambiar nuestros hábitos y tendencias de un día para otro, porque en nuestro
día a día tiene muchísimo más peso de lo
que creemos “la costumbre”.
-Para conseguir dejar de lado esa costumbre, lo
único que podemos hacer es practicar el
hábito nuevo durante 21 días, que es lo
que tardamos en acostumbrarnos a algo de tal manera que lo hagamos fácilmente.
-Uno de los motivos de que no cambiemos de
hábitos es porque realmente no creemos
en ellos, no nos parece necesario, o nos
sentimos incapaces de lograrlo,y por eso no lo hemos interiorizado.
-La única manera de conseguirlo es creer en lo
que hacemos, perseverar con constancia hasta lograrlo, y cuando lo
consigamos habremos convertido lo difícil en fácil.
-Séneca dijo: “¿Acaso se llega a lo alto de la montaña
por el llano?.
-La recompensa de tener lo que siempre quisimos
y hasta ahora nunca lo habíamos conseguido, no tiene precio porque al hacerlo
habremos logrado la satisfacción plena que es una fuente increíble de
endorfinas, y una garantía de felicidad.
-Las listas de los propósitos de las personas,
son larguísimas, pero es muy curioso saber que hay una serie de cosas que se
repiten en todos los países y culturas año tras año, tales como:
-Ir al gimnasio.
-Dedicar más tiempo a la familia.
-Deshacernos de las cosas que no utilizamos o no
nos gustan o no nos sirven.
-Aprender un idioma.
-Ser más ahorrativo, o gastar menos.
-Ser más ordenado.
-Recuperar el peso ideal.
-Acostarnos pronto los días laborables…..
-Lo pensaremos despacito, y si decidimos hacer
alguno de los cambios que nos propusimos el 31 de diciembre, empezaremos de uno
en uno, y cuando consigamos uno, intentaremos conservarlo antes de pasar al
segundo.
-Parece una ardua labor, pero a lo mejor nos
merece hacerlo para transformarnos en esa persona que nos gustaría ser.
-Buenas noches.