Una amiga me ha contado que su hija de quince
años no le habla; que discutieron el sábado
cuando ella no le dejó salir con unas amigas nuevas ni quedarse a dormir en su casa y que
le dijo que era una madre malísima y que la odiaba.
-Hemos estado charlando y la he dicho que las madres de mi generación fuimos muchísimo más severas, y ahora creemos que fuimos demasiado crédulas y que si
volviéramos a aquellos momentos, las consentiríamos mucho menos .
-La he dado a leer un magnífico artículo de un
psiquiatra el Dr Carlos Hecktheuer,
titulado “Malas Madres”, en el que dice que las madres que quieren a sus hijos
, tienen el deber de preguntar a sus hijos con quien van, adonde van , y a qué
hora planean volver.
-Una madre no puede quedarse callada si sabe que
aquel chico, o aquella chica no le gusta ni le parece que sea una compañía
apropiada para sus hijos.
-Tendrá que racionarles las golosinas, y vigilar
el dinero que manejan y ver en qué lo gastan. Debe regañarles cuando cogen lo
que no es suyo, y obligarles a devolverlo.
-No tendrá más remedio que poner unas normas en
casa para que todos colaboren , y vigilar que las cumplan, y no tendrá reparo
en reñir y llorar si ya no puede más, porque a veces el corazón se nos rompe a
las madres con las malas palabras o los
malos gestos de los hijos .
-Aprenderán que si quieren responsabilidades ,
tendrán que hacerse merecedoras de ellas, y en caso de no cumplirlas, pues las perderán .
-A ratos fingirá que no le afecta la cara de
odio que la ponen ante una negativa , aunque se le parta el alma de dolor por
dentro.
-He terminado diciéndole a mi amiga, que todo
pasa , y que la garantizo que cuando sus niños sean mayorcitos, se lo
agradecerán , y entonces sabrá que fue una buena madre.
-Buenas noches