Decidir, es algo que nos produce mucho estrés. El hecho de tener que elegir entre varias posibilidades, o entre varias opciones, nos pone nerviosos, y siempre nos parecerá que no lo hicimos demasiado bien.
-¿Qué traje me pongo? ¿Me soltaré el pelo, o mejor me pongo una cola…… ¿De que color me compro el portátil?........
-¿Compramos el piso, o mejor lo alquilamos?.......Constantemente debemos elegir, y a veces, nos resulta muy difícil.
-A veces, cuando tenemos que escoger, sopesamos mucho los pros y los contras, y al final eliges lo que mejor te parece, pero lo duro, es que lo hagas como lo hagas, tienes un 50% de posibilidades de haber acertado, y otro 50% de posibilidades de haberte confundido.
- Jonah Lehrer, un periodista norteamericano, que escribe sobre psicología, neurociencia, y la relación entre la ciencia y las humanidades, ha escrito un libro muy interesante que se titula “Cómo decidimos”, en el que explora la mente y nos explica cómo funcionan los mecanismos de toma de decisiones de la mente humana, pero, al final, nos viene a decir que las mejores decisiones que tomamos en la vida, están compuestas gracias a una sabia mezcla de sentimiento y razón..
-Es muy curioso, porque las decisiones que tomamos, a veces necesitamos madurarlas, a pesar de ser cosas sin importancia, como por ejemplo: ¿A qué película vamos esta tarde?, y en cambio en cosas tan trascendentales que van a afectar a tu vida personal y familiar. Como: ¿Cambiaré mi horario de trabajo? Decimos si, o no, de manera inmediata, sin pararnos a pensarlo ni un momento.
-Parece ser que cuando tenemos que decidir rápidamente, la intuición no es buena. Es mejor reflexionar y sopesar los pros y los contras, mientras que en la compra de una casa por ejemplo, si suele funcionar. Vamos a ver una serie de consejos, buenos para ayudarnos a obtener mejores resultados.
-Cuando elijamos, no debemos tener miedo a las consecuencias, porque casi nunca lo malo es tan malo ni lo bueno tan bueno. Resulta muy útil, hablar con alguien que se haya visto en la misma situación, y que nos cuente como se sintió.
- Esto se puede aplicar a hechos tan banales como ir o no ir a comer fuera, o perder el trabajo. -Los sicólogos han demostrado que si perdemos, la experiencia no es ni mucho menos tan dolorosa como nos la habíamos imaginado.
-La intuición, suele dar buenos resultados, yo raramente me confundo cuando hago caso a mi voz interior, porque esa voz, es mi subconsciente, que se ha formado de todo mi bagaje de experiencias vividas; mi moral, mis valores, y esto es una buena carta de recomendación.
-Es muy práctico que antes de poner a trabajar a nuestro subconsciente, le demos toda la información con la que contamos.
-Al decidir, ponemos en marcha el sistema límbico, que es nuestro centro emocional del cerebro, y si guardamos buenos recuerdos de decisiones pasadas, esto puede servirnos en nuestras decisiones futuras.
-Si estamos enfadados, la ira, y el enfado, nos vuelven impulsivos, egoístas, y con ganas de correr riesgos, por eso no es bueno tomar decisiones cuando estamos enfadados, mientras que si estamos deprimidos, aunque parezca imposible, nos hace ser más realistas.
-Ante una decisión importante, no es bueno que intentemos justificarnos, para apoyar nuestra decisión, es mucho más práctico, hacer de abogado del diablo, e intentar ver los contras.
-Cuanto más gastamos en una cosa, más comprometidos nos sentimos con ella, pero si resulta que no nos gusta, debemos dejarla. Esto no es solo aplicable al dinero, sino que sirve para cualquier otra cosa. Si nos compramos un libro carísimo, y es un rollo, que no nos proporciona ningún placer, lo que tenemos que hacer, es dejarlo de leer, y no sacrificar nuestro tiempo de vacaciones para leer en la playa , ni nuestra alegría, porque hemos pagado.
-Lo mismo nos pasa cuando tenemos una falda, o un pantalón, o cualquier otra prenda que no nos vale, ocupando un espacio, porque nos costó muy cara. Debemos tirarla inmediatamente, o regalarla, porque solamente nos sirve para darnos mucho estrés.
-Tendemos a elegir los productos light, o los bajos en grasa, pero muchas veces, están vendiéndonos una mentira, porque las cifras son un gancho para engañarnos, cuando a lo mejor, tienen muchísimas más calorías, por eso al comprar, es bueno, leer bien las etiquetas, y comparar productos.
-No hay que dejarse llevar por el grupo, si no estás de acuerdo con ellos, porque a veces las personas eligen malas opciones y arrastran a los demás. Nunca hay que aceptar una opción que no nos agrade, por complacer al grupo.
-Hay muchas cosas, en las que debemos pedir consejo a alguien más preparado, por ejemplo para elegir un buen vino, o comprar un equipo de música, porque si no lo hacemos, tendremos la sensación de que hemos elegido mal, y eso resulta muy frustrante.
