Estoy harta de ir a tantos médicos, que solo recetan pastillas y más pastillas, así que
acabo de decidir que lo que yo necesito
es un chequeo del alma, y se lo he comentado a mis amigas y todas me han dicho
que a ellas también las vendría muy bien.
-Entonces entraremos con la imaginación que todo
lo puede, en aquella clínica que vi en París y que me encantó porque se llamaba
“Clinica del Alma”.
-Diremos al entrar que es muy urgente, que necesitamos una revisión de esas que se hacen
de vez en cuando, porque nos encontrábamos un poco bajas de tono.
-Estamos bajas de mimos, porque nosotras mimamos
a todos, pero a nosotras ¿Quién nos mima?..... . Así que el primer médico que nos vió fué el mimólogo, que inmediatamente nos hizo una
receta de Mimos con urgencia.
- El segundo médico, fue el cariñólogo, y
enseguida vio que tenemos la ansiedad demasiado alta, por eso de que nos preocupamos
por todos, y todas sentimos la necesidad de proteger a nuestros : maridos,
hijos , nietos , amigos, conocidos, y
muchas veces también a los desconocidos, y nos preguntó : ¿ pero, por vosotras quien se preocupa de verdad sin regañaros?
-Tiene razón, dijo mi amiga Carmen ; todos nos quieren muchísimo, pero a su manera, y cuando
les preocupamos, se dedican a regañarnos como si fuéramos niñas pequeñas y a
decirnos que no nos cuidamos, que no hagamos esto ni lo otro, ni lo de más
allá, y eso no nos vale, porque nos entristece mucho más.
- Necesitamos que nos digan que nos quieren, que
nos tranquilicemos, que no nos preocupemos porque todo está bien, que todo se va a arreglar; así
que el cariñólogo nos ha recetado dosis extra de cariño, pero ha recalcado que
cariño sin reproches.
-El médico encargado del descanso, el
descansólogo dijo que teníamos un exceso de angustia, que vivimos sus tristezas
con exageración, ya que no podemos evitárselas,y
desearíamos que nunca dejaran de ser
felices.
-Nos dijo que a veces llegamos a un punto en el que no podemos hacer nada, más que esperar, por eso os pongo las foto del maravilloso fotógrafo sueco Erick Johansson, donde tenemos ante nosotras un laberinto, remamos en nuestra cama hacia unos felices sueños, o un ciclista que llega al fin de un camino, y por mucho que lo intenta, ve que no puede continuar; así que nos recetó muchas horas de sueño reparador y mucha calma ….
-La última que nos recibió, fue la asistenta
social, que nos recomendó que nos centráramos en ver lo bonita que es la vida y
nos distanciáramos un poco de las vidas
de los demás `para centrarnos en las nuestras.
Yo he buscado la foto de mi admirado fotógrafo
sueco, y me voy a poner ahora mismo brocha en mano a pintar mejor el mundo,
para que quede a nuestro gusto.
-Buenas noches.