Las confidencias son pequeños secretos que todos
guardamos celosamente, pero que de pronto la alegría o la congoja, nos obligan
a compartirlos con las personas en quien confiamos.
Todos hemos comprobado en primera persona que
cuando compartimos nuestros problemas, cuando los ponemos encima de la mesa y
permitimos que los escuche alguien con categoría como para entendernos, y con
cariño suficiente para ayudarnos, nos sentimos de pronto muchísimo más ligeras.
-Las mujeres tenemos mucha facilidad para conectar
con otras mujeres y contar lo que nos
preocupa y lo que nos inquieta con todo lujo de detalles….Sabemos porque está
comprobado en estudios serios de la Universidad de Stanford que existen
sustancias químicas que nos ayudan a crear los lazos de amistad entre las
mujeres.
-Las amigas, cuando nos reunimos en grupo,
después de las primeras risas y de las bromas, tenemos de pronto unos silencios
reconfortantes que siempre rompe la más
atrevida, contando algo que deja a todas
de piedra….
-Pasar de un tema a otro con la velocidad de la
ardilla, es algo muy femenino, por eso es muy difícil de entender para un
hombre aunque las esté observando desde fuera.
-Los hombres sabemos que producen grandes
cantidades de testosterona, que neutralizan inmediatamente los efectos de la
oxitocina, al revés que las mujeres que producen estrógenos que aumentan la
producción de oxitocina.
- Cuando un grupo de amigas de verdad se reúnen porque necesitan contarse cosas y
pedirse unas a otra opinión y consejo,
tienen entre ellas un lenguaje corporal, y una complicidad en los gestos, que
es imposible que nadie aparte de ellas pueda seguir el hilo de sus
conversaciones, porque no se enterará de nada de lo que está pasando…..
--Todas en algún momento necesitamos sentirnos
escuchadas, y algo muy bueno en las confidencias femeninas, es que cada una
escucha a la otra con mucho interés, y de pronto, una de las amigas, se queda
parada, y como si “atara cabos” empieza a contar algo parecido que la pasó en
un momento dado a ella , o a una amiga, o una familiar, o a quien sea, y la
deja muy claro que se puede arreglar, si tiene arreglo, o que no debe volver a
pensar en ello, si no tiene arreglo, porque
solo le va a desencadenar una
terrible depresión, con lo cual, la narradora de sus problemas, se ha quitado
una tonelada de peso de encima.
-Las amigas tienen empatía, y se ponen
perfectamente en el lugar de la otra, son afectuosas, y saben por lo que la otra está pasando, y por
último, pueden si la ocasión lo requiere, ser muy sinceras, con lo cual, yo os
aconsejo que en malos momentos de bajón, os reunais con buenas amigas y después
de una buena charla, saldréis renovadas y con menos riesgos de padecer enfermedades derivadas de tener tensión alta,
colesterol, o depresión, y saldrán renovadas y llenas de alegría , esperanza y
optimismo.