No somos conscientes de lo poderosas que son
nuestras palabras, por eso abrimos la boca y decimos lo primero que se nos
ocurre.
-“Por tus palabras serás juzgado, y por tus
palabras serás condenado“ dice La Biblia.
-Tenemos que pensar lo que decimos y escoger
siempre las palabras apropiadas, porque nuestras palabras se cosifican, es
decir se convierten en las cosas que estamos diciendo porque lo semejante atrae
a lo semejante.
-Si estamos negativos, vibraremos en negativo ,
y todo lo que se acerque a nosotros, será del mismo signo.
-En cuanto conozcamos el valor de nuestras
palabras, podremos cambiar cualquier situación por mala que parezca con nuestro
enfoque positivo, porque en cuanto cambias la manera de decir las cosas, las cosas
cambiarán.
-Cuando estamos irritados, enfadados, no podemos
actuar con cordura, solamente somos capaces de hablar alto y con malos modales,
entonces solamente atraeremos personas y situaciones que estén en esa onda, o
sea personas negativas, enfadadas y maleducadas.
-A veces es difícil poner buena cara cuando las
cosas se nos dan malo, pero si pensamos que nosotros hoy , sembramos la semilla de mañana,
tendremos que sembrar buenas palabras , buenos deseos, palabras de confianza, y
nuestro subconsciente intentará como el mago de Aladino, que nuestros deseos
sean sus órdenes.
-Recordaremos que nuestras palabras tendrán el
poder de construir o de destruir según nosotros elijamos.
-Es mucho más fácil comprobar el poder de
nuestras palabras en los demás.
-Si viene a vernos un amigo muy querido que está
hundido por una situación que le supera, nosotros con nuestras palabras tenemos el poder de calmar, consolar y dar la vuelta a esa situación, dejándole ver que
ha sido positivo en tanto en cuanto le ha servido para aprender una importante
lección aunque haya sido muy dura , pero que le será muy práctica para la vida.
-Si queremos que nuestras palabras funcionen en una
discusión , es muy importante que hablemos en tono calmado, respetando el turno
de los otros, oyendo sus motivos y sus argumentos.
-Si en un momento de crisis conseguimos
controlarnos, demostraremos que somos personas maduras y tolerantes, que
sabemos y aceptamos que los demás a veces no piensan de la misma manera que
nosotros ni están de acuerdo en nuestra manera de hacer las cosas.
-Nuestras palabras trabajan sobre nuestro
cerebro, y le están enviando información todo el rato. Cuando nuestro cerebro recibe un mensaje maduro tranquilo y
respetuoso, generará en nosotros sentimientos, actitudes y maneras que se
convertirán en comportamientos de una persona tranquila , calmada que es lo que hemos conseguido con las
palabras apropiadas, y la gente así lo percibirá.
-Así que de nosotros depende que seamos como
querríamos ser o no.
-Buenas noches.