Esta tarde he ido con mi marido al Museo Thyssen- Bornemisza de Madrid, a ver la exposición de140 obras del genial pintor Antonio López.
-Antonio López es uno de los mejores pintores del mundo, y no le veíamos en Madrid desde el año 1993 que lo hizo en el Museo Reina Sofía.
-La exposición está ordenada al gusto del pintor, pues ha sido él quien ha cogido el timón a la hora de ordenar su biografía; incluye: pinturas, dibujos y esculturas, los tres géneros que cultiva el artista, que ha supervisado personalmente hasta el montaje de sus obras, ayudado por su hija María López.
- Muchas de las obras, son inéditas, y ahora, las expone por primera vez en el Museo Thyssen
-Las primeras salas, tienen cuadros de su primera época en su Tomelloso natal, desde su hermanita Carmencita jugando a las cocinitas, hasta la galería de retratos de sus padres, de sus amigos, tocados y retocados, buscando la perfección.
-Antonio López, según él mismo reconoce, nunca está contento con el resultado de sus obras, por eso, suele tardar muchísimos años en terminarlas.
-Uno de los retratos de una pareja de amigos, no le gustó, y regaló el lienzo a Mary, su mujer, (la pintora María Moreno), que hizo un paisaje, que tampoco la gustó, y que arrinconó en el estudio. Al cabo del tiempo, Antonio lo rescata, lo raspa, saca la pintura del retrato antiguo, y hace unos retoques, y ahora ve la luz en esta exposición. También raspa y retoca a la mujer de su famoso cuadro “la cena”.
-Los artistas geniales como Antonio López, hacen estas cosas, porque se lo pueden permitir, así que tiene un montón de cuadros inacabados, que coge y deja
-En las primeras salas, están prácticamente todas sus famosas vistas de la ciudad de Madrid, incluso una nueva vista de la Gran Vía, desde una terraza, lo que le proporciona nuevas perspectivas. Es tan increíble la perfección de este autentico genio, que en esos cuadros de gran tamaño, las cientos de ventanas de las torres madrileñas, están tan perfectamente dibujadas, que se pueden observar en ellas los brillos de los cristales.
-Uno de los últimos paisajes de tejados y horizontes de Madrid, (también inacabado), lo hizo desde la terraza del parque de bomberos de Vallecas, que tiene una luz preciosa.
-A mí uno de los que más me gusta es el de la Gran Vía, que empezó a pintar en 1974, hasta 1981. Muchas mañanas, por esos años, estando yo recién casada, llevaba a mi marido al trabajo que estaba en la calle Alcalá, y le veíamos en medio de las dos direcciones, con su caballete apoyado en el semáforo, con su gorra y su aire campesino, pintando todas las mañanas a la misma hora para tener siempre la misma luz.
- Entonces, no era tan conocido. Nos parecía un pintor genial, pero, cuando años después leímos en la prensa que se lo había comprado el Banco de Bilbao, por un montón de millones, supimos de su cotización en el mercado del arte.
-Tiene unas esculturas muy especiales. La pareja hombre y mujer, realizadas en madera de abedul, constan de muchas piezas pequeñas talladas y ensambladas con tornillos o con piezas de la misma madera, encoladas y policromadas al óleo, mediante pigmentos.
- Los ojos que ha puesto, son los ojos que usan las personas tuertas, por eso parece que están vivos.
- Son pareja, porque están uno al lado del otro, pero que ni se miran siquiera. Tienen una gran diferencia de tamaño, porque Antonio, después de estar terminado y expuesto, se llevó el hombre a su taller, y le hizo más alto y más musculoso.
-Ya no voy a decir nada más de la exposición, ¡hay que verla!.
-Antonio, que es un genio hiperrealista, tiene una serie de cuadros de su estudio, con unas fresqueras, unas alacenas, paredes viejas, ventanas sucias, una taza de váter mugrienta, telarañas, algo tan realista que te impresiona……
-Esta tarde estaban mirando esos cuadros, dos señoras mayores a mi lado, y una le ha dicho a la otra: Pobre señor, este Antonio López, ¡que casa tan sucia tiene!
-Yo he acabado agobiada y cansada. Antonio López, no es para verlo en dos horas y media, hay que dosificarlo, para poder disfrutarlo, y creo que hay que volver un par de veces por lo menos. Yo pienso repetir en cuanto mi hija Gema vuelva de París, además como ella entiende mucho, me explica muy bien todo.
