He decidido que de hoy no pasa, así que estoy sacando la ropa de verano.
-Cada año, me da más pereza enfrentarme al cambio de ropa, cuando cambia la estación, además en Madrid, el tiempo ha estado lluvioso y cambiante, y parecía que no era urgente, pero este fin de semana, ya se ha instalado el calor.
-He estado leyendo lo que aconsejan las “Personal Shoppers”, que son unas personas que van a tu casa, y te dan voluntad para que tires todo lo que no te has puesto en 2 temporadas, que es lo mismo que decir que no te lo vas a volver a poner.
-Me he asomado a mi ropa de verano, y he observado horrorizada, que tengo un montón de cosas que no me pongo nunca, son cosas de vestir, y yo ya no visto nada, trajes de bodas pero, si son trajes buenos, que en su momento te costaron un dineral, y que te pusiste solamente un día, pues te da pena.
-Creo que en mi caso, yo, no soy culpable, que la culpa es de la genética.
- Mi madre, mi abuela y mi tía guardaban todo. En mi casa era una ceremonia el cambio de temporada, porque se sacaba todo lo de verano, y se guardaba todo lo de invierno. Daba igual que hubieras crecido, se guardaba por si…..
-Toda la ropa limpia, planchada y con bolas de naftalina, se metía en fundas de plástico y se guardaba.
-Al deshacer el piso de mi madre, una de las cosa que nos trajo más dolores de cabeza a mis hermanas y a mí, fué decidir que hacíamos con tanta ropa, porque mamá, como tenía una casa muy grande llena de armarios, había estado guardando todas las cosas que nosotras no queríamos. Estaba mi traje de bautizo, de comunión y de boda, trajes de fiesta de mi abuela, además de sombreros de mi abuelo que se murió de pulmonía antes de la guerra civil de 1936.
-Llamamos a varias tiendas de compra venta de ropa, y al final, se la regalamos a una que se dedica a vestuario de cine y de teatro, con la condición de que se tenía que llevar todo, porque la buena señora se puso a mirar, y se quería llevar solamente los trajes de noche, los sombreros y la ropa de firma, y claro, el resto a nosotras nos suponía un trastorno terrible, con el agravante de que tanto mi madre, como mi abuela y mi tía, eran bajitas, y tenían un 36 de pié, por lo que a ninguna de las tres hermanas nos valía nada.
-Toda la ropa de niños se la dimos a Cáritas, y mi hija Gema vió un día en Cuéntame, un vestido de mi madre.
- Una amiga mía locutora de televisión, se llevó algunos vestidos de fiesta, porque eran de abalorios y se los arregló, y se los he visto en revistas en algún evento, así como las sombrereras que las ha puesto de adorno en su casa.
-A mí, me horroriza recordarlo, así que voy a hacer un gran montón con lo que no me gusta o no uso, y lo voy a regalar.
-Ordenar los armarios es cansadísimo, yo siempre empiezo colgando las cosas conjuntadas, pero enseguida v es que no te cabe, y tienes que doblar muchas cosa en los cajones.
-Gema me ha comprado una naftalina que huele muy bien, así que iré doblando las cosas de guardar en fundas con bolas.
-Me resultan muy prácticas unas fundas como maletas negras de tela con cremallera, que compramos hace años en IKEA, en donde puedes meter los conjuntos de punto, las rebecas, los jerséis, las camisetas de manga larga, los guantes, las bufandas.
-No sé por qué razón, tenemos todas tantas bufandas que nunca usamos, y guantes y pañuelos……
-¡No sé si voy a ser capaz de deshacerme de ellas!.
-Siempre que saco los zapatos, las sandalias, las alpargatas, me los pruebo, y nunca me encuentro cómoda. ¿Será posible que me haya crecido el pie?, esperaré a mañana, porque a lo mejor es que estoy muy cansada, y en momentos de cansancio, lo mejor es dejarlo para mañana.
