Todos hemos tenido y tendremos momentos
difíciles , donde una amalgama de
sentimientos que no sabemos cómo gestionar se adueñan de nosotros, y si no
queremos perder el control, deberíamos actuar con cautela.
-Lo primero y principal es hacer una valoración
de la situación, pero esto es muy
difícil cuando estamos muy afectados, por eso, lo mejor es que lo compartamos
con alguien de nuestra confianza, que al verlo con una cierta distancia , le
quitará dramatismo y nos ayudará a analizarlo.
-Lo más importante es pensar que nosotros
decidiremos como reaccionar ante estas situaciones, y que de nuestra reacción
dependerá que tanto si se resuelve
o si no tenemos más remedio que aceptarla, no permitiremos que dicha situación nos cambie.
-Tener amigos que nos comprendan, nos
escuchen, nos aconsejen y nos ayuden a
gestionarlo desde la tolerancia y el
cariño, es una auténtica suerte, porque nos permitirá seguir con nuestra vida después de estas
situaciones.
-Conocer nuestras emociones, nos permite
tranquilizarnos y esperar antes de reaccionar de manera violenta e innecesaria.
-Respirar correctamente es una de las cosas que
más ayudan a tranquilizar el cuerpo y el espíritu.
-En los malos momentos todos hemos sentido
deseos de “tirar la toalla”, de rendirnos con una frase como: ”Hasta aquí he
llegado, pero ya no puedo más”….
-Mientras buscamos la manera en la que vamos a
enfrentarnos a estas situaciones, dedicaremos un ratito a hacer otra cosa que
nos permita desenchufar , como puede ser cocinar, dibujar , coser, ordenar un
armario, o salir a dar un paseo…..Nos servirá cualquier actividad que nos
distraiga durante el tiempo que necesitamos para recuperar la calma.
-Cuando volvamos, las cosas estarán mucho más
claras y nosotros más preparado para
cualquier reto.
-Buenas noches.