Casi todos tenemos o hemos tenido en algún
momento asuntos pendientes que nos impiden centrarnos en el “aquí y el ahora”.
-Una amiga me ha estado contando que tiene la
nevera llena de post -it, e imanes que sujetan notitas de asuntos pendientes, y que cada
mañana se propone resolverlos , pero nunca le llega el momento adecuado.
-He estado en su casa tomando un cafetito, y me
he quedado sorprendida, porque algunas notas tratan de cosas tan insignificantes para los que los
vemos desde fuera que parece absurda la
idea de que algo así se pueda considerar como un asunto pendiente, pero cada
uno es como es…..
-Algunos tienen en común con los nuestros, que nos desazonan porque son cosas que no
pudimos resolver y que nos impiden cerrar un círculo, como son llamar a alguien para
aclarar una situación pasada ( aunque ahora parezca solamente un malentendido), en su momento nos enemistó y seguimos así desde entonces.
-Aclarar las cosas es de lo primero que os
aconsejo que resolváis porque una vez hecho, nos sentimos muy libres y
ligeros, sobre todo si eran situaciones familiares a las que tenemos que enfrentarnos a menudo.
-También hay que mirar con frialdad lo que ya no
podemos resolver porque no tiene arreglo; lo mejor es cortar por lo
sano, pasar página, quitar el papel de la nevera o de la carpeta de" asuntos pendientes", romper el papel, tirarlo a la basura, y ¡tachammmmm!. ¡ya no existe!.
-Os aconsejo que empecéis ahora mismo, y así
poco a poco os quitaréis esa tremenda preocupación, podréis centraros en vuestras cosas y ser más felices.
-Buenas noches.