-Os voy a contar un cuento que siempre repetía
cada año a mis alumnos de primaria, porque
escuchándole , los niños se daban cuenta rápidamente de que ellos eran
responsables de sus actos sin necesidad de largas explicaciones.
-La Mariposa Azul.
-Hace muchísimos años, en un país muy lejano
vivían dos hermanitas con su padre viudo. Eran listas y curiosas , pero siempre conseguían disgustar y ridiculizar a sus profesores, obligándoles a despedirse.
-Las niñas no eran malas , pero estaban muy
maleducadas, no obedecían a nadie , y se creían las más listas del mundo. Constantemente estaban cambiando de
cuidadoras , porque estas tampoco las aguantaban .
-Un día se presentó en la casa un anciano profesor diciendo a su padre que si le permitían que lo intentara, él se creía capaz de conseguir
que las niñas fueran más responsables y obedientes.
-El padre , pensó que era una persona demasiado
mayor y que no aguantaría, pero como el anciano insistió , aceptó que se
quedara unos días de prueba.
-Las niñas empezaron a dar clase con él, y
siempre sabía contestar a sus preguntas por difíciles que fueran y el profesor ganaba y las convencía de lo que tenían que hacer.
-Como no estaban acostumbradas a tener orden y
disciplina, decidieron ponerle una trampa para que no supiera contestar y así
dejarle en ridículo y poder volver a su vida anterior sin normas.
-La niña mayor tuvo una idea, cogió una hermosa
mariposa azul y la escondió en su mano, y
explicó a su hermana el plan que había urdido .
-Decidió preguntar al anciano que si la mariposa que tenía en la mano estaba
viva o muerta , si decía que muerta perdía, porque abriría su mano y volaría ,
y si contestaba que estaba viva, perdería también , porque la aplastaría antes
de abrir la mano, así le podrían echar.
-Cuando llegó el anciano profesor por la mañana,
la niña muy seriecita le preguntó con voz inocente:
-¿Qué crees que tengo en la mano. Una mariposa viva o una mariposa
muerta?.
-El profesor la contestó muy serio mirándola
atentamente.
-Todo depende de ti. Está en tus manos.
-La niña se quedó tan pasmada que sin querer
abrió la mano y la pobre mariposa cautiva salió volando en busca de su libertad.
-Entonces el anciano con voz dulce y calmada les explicó que todas nuestras acciones repercuten en los demás, que nosotros somos
los únicos responsables de lo que decidimos hacer, y que aunque queramos culpar
a los demás, nosotros somos los únicos culpables, porque decidimos lo que vamos
a hacer, por eso antes de actuar , deberemos pensar lo que puede suceder si hacemos esto o
aquello.
-Espero que os haya gustado.
-Buenas noches.