Malas Costumbres
Lo único bueno que nos ha traído el no salir de casa con este terrible virus es
que hemos parado de golpe una serie de malas costumbres a las que nos había
conducido la vida ciudadana.
-Teníamos las ventanas de nuestros pisos, llenas de cortinas que casi
nunca abríamos por falta de tiempo por
lo que casi no entraba la luz del Sol, y al llegar por la tarde encendíamos directamente la luz eléctrica ; y
ahora las tenemos todo el día abiertas
de par en par.
-Nos habíamos acostumbrado a despertarnos sobresaltados porque se nos hacía tarde;
ahora nos despierta la luz que entra por las rendijas, el ruido o una llamada de nuestra hermana “especialista
en despertarnos”.
-Tomábamos un café de pie y salíamos corriendo porque no podíamos perder ni un minuto.
- Leíamos el periódico en el autobús o en el metro porque no
teníamos tiempo en otro momento; ahora en cambio nos sobra tiempo para hacer
los sudokus y los crucigramas cada día.
-Comíamos un bocadillo frío en nuestra mesa de
trabajo ; ahora tenemos tiempo suficiente para comer: cocido, lentejas , espaguetis o lo que nos apetezca.
-Salíamos del trabajo tan tarde que estábamos
cansados y dábamos cabezadas en el metro o en el bus.
-Llegábamos a casa y tomábamos cualquier cosa y
nos íbamos a la cama; ahora en cambio nuestras cenas, además de muy ricas son
familiares con sobremesa y palique .
-Lo más peligroso es que con este ritmo de vida,
olvidábamos llamar y visitar a nuestros padres y personas queridas , pensando
que iban a estar aquí siempre, y esta dura pandemia nos ha demostrado su extrema
fragilidad y que son los primeros en caer;
así que en casi todas las casas se han puesto al día en amor y han quedado muy
claras las cosas que son más importantes en nuestra vida.
-Esperemos que cuando volvamos a la normalidad
lo recordemos.
-Buenas noches.