-Todos hemos tenido alguna vez la sensación de que estábamos en un momento perfecto, que todo nos salía bien y que nada nos podía fallar.
-También hemos conocido la experiencia contraria, días en los que parece que tenemos un imán para atraer todo lo malo, no te suena el despertador, llueve a cántaros y tienes el coche aparcado lejísimos. Hay un tráfico tremendo, llegas tarde al trabajo….
-¿En qué consiste la diferencia? Tú eres la misma persona, y tienes los mismos recursos que sueles utilizar más o menos igual. ¿A que se debe que unos días resuelvas todos los problemas de maravilla y en cambio otros, no des pié con bola?....
-La diferencia está en ti, en tu estado neurofisiológico. Hay estados que potencian la confianza,, el amor, la seguridad interior, la alegría, hacen que liberes fuentes inagotables de tu poder personal, y en cambio hay otros estados que te paralizan, te producen confusión, miedo tristeza, angustia, frustración, y que nos dejan impotentes.
-Si comprendemos nuestro estado, podremos alcanzar la excelencia.
- Nuestra conducta es el resultado del estado en que nos encontramos. Un estado es la suma de los procesos neurológicos que se producen en nuestro interior, es decir, la suma total de nuestra experiencia en cualquier momento dado.
-Cuando nos sucede algo, sin darnos cuenta, caemos en un estado determinado, que puede ser estimulante o incapacitante.
-La diferencia entre unas personas y otras, está, en que hay un determinado tipo de personas que son perfectamente capaces de controlar su estado, y siempre procuran estar en estado afirmativo, y viendo las posibilidades de todo.
- También existe un gran grupo de personas a los que les ocurre lo contrario, ya que, pase lo que pase, tienen una lectura negativa de las situaciones, y todo lo convierten en malo, desde su punto de vista y mantienen una actitud invalidante.
-La llave de la alegría, del amor, de la abundancia, de la felicidad, de la armonía, de la clave para dirigir tu propia vida está dentro de ti.
-Necesitamos saber cómo funciona nuestro cerebro, para dirigirle por el camino correcto.
-Sabemos que todos nuestros comportamientos, son consecuencia del estado en que nos hallamos, y que no es lo mismo si nos comunicamos desde un estado, que libere todos nuestros recursos que desde un estado de impotencia.
-Pero :¿Quién crea el estado?. Existen dos factores importantes.
-1º Nuestra representación interna, es decir, cómo pensamos en nuestra mente. Por ejemplo:
-Te citas con tu amiga para desayunar en un centro comercial a las 10 de la mañana, porque luego vais a ir de rebajas. Llegas 5 minutos antes, y esperas, esperas, pasa media hora, no contesta al móvil, te sientas y pides un café. Te empiezas a preocupar, sabes que vive en el extrarradio, y que hay un tráfico tremendo, te imaginas que ha tenido un accidente, la ves en la carretera llena de sangre. Cuando al cabo de 1 hora la ves aparecer, la abrazas, y te alegras de que esté bien, luego la preguntarás por el motivo de su tardanza y la dirás que estabas muy preocupada.
-Pero si tú te imaginas que es una informal, que nunca es capaz de llegar a tiempo, que seguramente estará viendo “gangas” por su cuenta, porque es una fresca que escoge siempre lo mejor para ella. Cuando la veas llegar tan tranquila, estarás llena de ira, y tendréis una tremenda discusión, y no te creerás sus argumentos.
-La diferencia está exclusivamente en ti, en la imagen mental que te has hecho de la situación.
-Seguramente, las personas que se preocupan por el bienestar de los demás, son personas que han vivido una infancia con unos padres cariñosos que daban prioridad al bienestar de los suyos, mientras que las personas malpensadas y desconfiadas, seguramente han crecido en un hogar donde todo eran reproches y desconfianzas.
-Nuestras creencias, nuestras actitudes, nuestros valores, nuestras experiencias pasadas, afectan a las representaciones que luego nos haremos nosotros a lo largo de la vida.
-2º El segundo factor son las condiciones de nuestra fisiología y el uso que hacemos de ella.
-Si tienes un cansancio extremo, si estás haciendo una dieta hipocalórica, si tienes la tensión baja, si tienes bajo el nivel de azúcar en la sangre, tenderás a tener un bajísimo estado de ánimo.
-Resumiendo, tenemos que cuidar nuestra salud, nuestra alimentación y controlar lo que hacemos, no permitiéndonos, llegar a cansarnos excesivamente. Siempre se puede hacer un pequeño paréntesis y descansar aunque sean 10 minutos.
-Tenemos que aprender a desaprender, y como dice mi amiga y gran terapeuta Ana Postigo:- Nuestros padres hicieron todo lo mejor que sabían, conforme les habían enseñado a ellos. Nosotros, no les vamos a juzgar, pero si nos parece por ejemplo que eran muy negativos en sus apreciaciones, nosotros no tenemos por qué serlo, ya no somos niños a los que nos tienen que dirigir, somos adultos responsables, que haremos lo que tengamos que hacer, hasta conseguir mejorar nuestra actitud.
-Adoptaremos actitudes positivas y desaprenderemos las que teníamos desde nuestra infancia, que ya no nos sirven, porque nosotros hemos cambiado, y usaremos aquellas con las que nos sentimos identificados, y que sabemos que nos van a hacer más felices
