-Parece que de pronto te das cuenta de que has cambiado, que estás en otra etapa de tu vida, que hay cosas que ya no son como eran, que no eres la misma, y que no tienes más remedio como dice Paulo Coelho que empezar a cerrar círculos, o capítulos de tu vida que ya no te sirven que eres distinta.
-Hay que vivir al día, y lo que antes, te funcionaba, ya no te funciona, y lo que te gustaba ya no te gusta, y lo que te servía, ya no te sirve. Además igual que has cambiado tú, han cambiado otros, y, ya no existen para ti, se quedaron atrás en algún momento de tu camino, y tú con tu cariño, te negaste a verlo, pero ahora lo ves con total claridad.
- Cuando tienes una racha “difícil”, donde todas las cosas se te complican y se enredan, te quedas un poco pensativa, y se te quitan las ganas de hacer cosas.
-Soy libre para elegir como quiero estar, y quiero estar débil una hora o dos, encogida, disfrutando de mi tristeza, porque a veces las cosas hay que llorarlas, y, las quiero llorar.
-Se que la vida no consiste en tener buenas cartas, sino en saber jugar con las que te han tocado, y normalmente juego bastante bien, pero también hay veces en las que no estás en racha.
-Siempre que estoy un poco desanimada, me acuerdo de mi madre, que era una persona tan alegre, tan lista y tan positiva, que siempre me aconsejaba lo mejor, sabía exactamente lo que me pasaba. Si venía cansada y disgustada del colegio, subía a verla, y de un solo vistazo, notaba que me pasaba algo, y decía por ejemplo:
-¡Siéntate aquí, descansa un poquito, y tómate un café, que dentro de un ratito, lo verás de otra manera!. Y, no te preocupes, que siempre que ha llovido, ha escampado! Y me sentaba, y charlábamos, y al cabo de una hora, tenía ya otra energía, y otra actitud.
-Pero desgraciadamente, mi mamá ya no está, y me acuerdo tanto de ella y la comprendo tan bien que me gustaría que lo supiera. Ella se alegraba tanto de cualquier cosa nuestra que la parecía una fiesta, y como la vida pasa, ahora, eso mismo siento yo….
-Mis mayores alegrías son las de mis hijos, cualquier éxito suyo, es mi triunfo, y si les veo tristes, aprieto los dientes, y disimulo, aunque me preocupo mucho, y solo pienso en la manera de ayudarles a solucionar lo que quiera que sea…
-Es muy difícil ser madre, porque tienes que parecer fuerte siempre, para que ellos sepan, (como lo sabía yo), que aquí está su madre para cualquier cosa que les haga falta, porque estás dispuesta a ayudarles, aunque solo sea consolándoles, o animándoles, de la mejor manera que puedas, porque en el fondo sabemos que siempre hay una manera para casi todo.
-Acordándome de mi madre pienso en mis hijos, y me gustaría poder ser para ellos la gran madre que fue ella conmigo.
