¡Ya estamos en Sanxenxo!. Desde que entramos por las
carreteras gallegas, parecía que habíamos cambiado de continente. Todo estaba
lleno de bruma, y el cielo se veía completamente gris.
-Nos hospedamos en el hotel “Augusta”, que está en un alto,
y desde allí la vista del mar de Sanxenxo, y de los barquitos, parece sacada de
una postal.
-El viaje ha sido muy
bueno, porque la salida de Madrid, como hoy era fiesta, ha sido muy
fácil. Casi no había tráfico, y aunque hemos parado tres veces, hemos llegado a
la hora de comer.
-Hemos comido, y yo me he puesto a deshacer las maletas,
porque me gusta nada más llegar colgar la ropa, ya que después, si lo pospones,
se queda hecha un higo.
-El hotel es un poco antiguo, recuerda mucho al Gran Hotel
de La Toja, y tiene una gran piscina
climatizada con chorros y circuito. Entré en la piscina cansadísima, y salí
completamente repuesta, no sé exactamente por qué, pero las piscinas
climatizadas, me sientan muy bien.
-Después de comer me eché la siesta con manta, un placer
después de este agosto tan tórrido de Madrid, y me levanté como una niña, sin saber dónde estaba……
-Por la tarde que hacía fresquito `para estar al aire libre,
hemos bajado al Spa,y nos hemos bañado un ratito.
Por la noche hemos bajado en el coche al puerto que estaba animadísimo, la gente paseaba muy arreglada, y no parecía prestar mucha atención, a la cantidad de gaviotas que volaban bajísimo . ¡Son enormes, parecen aviones pequeñitos!.
-Es precioso verlas en bandadas, y además como huele tanto a mar, parece que me lo han estado preparando especialmente para mí.
- Hemos dado un paseo larguísimo, porque nos hemos recorrido todo el paseo marítimo hasta el puerto deportivo. Luego, hemos cenado pescadito y pimientos de
Padrón, hasta no poder más, porque en estos pueblos gallegos, las raciones de pescado son abundantísimas y baratas.
-Han empezado a llegar cientos de motos preciosas, porque
por lo visto, mañana se celebra la reunión anual de motoristas. Parece que estamos en una
película de moteros, porque hay algunos que
parecen actores con sus trajes de cuero, sus tatuajes y sus
maravillosas Harleys que abultan casi
como un coche pequeño.
- Yo me he puesto a escribir, aunque en esta mesa hay muy
mala luz, creo que aquí nadie escribe por la noche, se acuestan, y leen en la cama.
- Mañana me pondré el portátil en la cama que hay muchísima
más luz.
-¡Buenas noches!