Es una cosa
muy curiosa que cuando estás haciendo algo que te gusta, que te apetece y que
te hace ilusión, apenas te cansas, en cambio si estás trabajando en algo que detestas
o vas a hacer una serie de recados aburridísimos, al final del día estás
muerta.
-Contaba
Dale Carnegie en su magnífico libro: “Como Suprimir las Preocupaciones y
Disfrutar de la Vida” que los científicos habían demostrado que el trabajo mental por sí solo no cansa.
-Para
demostrarlo, tomaron una muestra de la sangre que pasa por el cerebro mientras
está activo, y comprobaron que no
mostraba ninguna clase de fatiga.
-En cambio,
tomaron una muestra de sangre de las venas de un obrero mientras estaba
trabajando en algo que no le gustaba aunque lo hiciera bien, y comprobaron que
estaba llena de toxinas de fatiga.
-Años
después, J.A.Hadfield, uno de los psiquiatras más distinguidos de Inglaterra,
dice en su famoso libro The Psychology of Power ( La Psicología del Poder), que
la mayor parte de la fatiga que
padecemos es de origen mental, y que el agotamiento puramente físico es
muy raro.
-Una gran
cantidad de personas que llegan a caso cansadísimos después del trabajo, no
saben o no se quieren dar cuenta de que su cansancio está muy relacionado con
desilusión, falta de aprecio,
resentimiento, sensación de que no somos valorados.
-Cuando uno
está trabajando en esas condiciones, sus defensas bajan y tiene muchísimas
probabilidades de caer enfermo.
-El cansancio
físico, se arregla con un buen sueño reparador, pero la tristeza, la ansiedad,
la preocupación o el nerviosismo que nos provoca el saber que no nos
consideran, o que no nos quieren o que no nos valoran, son los que nos deja
casi sin defensas y pasamos a ser una presa fácil de la gripe, el resfriado, el
catarro …etc.
-Un hábito
buenísimo contra el cansancio es el descanso.
-Cuando
estamos muy cansados, lo mejor que podemos hacer es pararnos unos momentos a
descansar.
-En todos
los trabajos nos podemos dar 5 minutos de descanso para respirar hondo, hacer
unas cuantas inspiraciones y otras tantas expiraciones hasta conseguir oxigenar
un poco nuestro cerebro, bostezar y volver a empezar.
-Cuando se
da prioridad a las cosas verdaderamente importantes, anteponiéndolas a las
superficiales, la sensación de haber cumplido nos ayuda a mantener la calma.
-Yo recuerdo
que a veces a la salida del colegio, tras un fatigoso día de clase,
seguido de entrega de notas a los
padres, cuando estábamos todos deseando volver a casa, las profesoras jóvenes,
se pasaban el mensaje de que se iban a reunir a tomar una copa que se uniera
quien quisiera.
-Las que
teníamos niños, nos volvíamos a casa pensando en lo poco que nos apetecería ir
a tomar copas, porque no podíamos más, en cambio, si al llegar a casa, te estaban esperando los niños, muchas veces,
cogíamos una fruta y nos bajábamos con ellos a jugar al parque, olvidando el
cansancio anterior, porque nos ilusionaba hacer planes con nuestros niños.
-La ilusión
aligera la vida, el cansancio y las preocupaciones.
-Así que si
no queremos cansarnos,¡ vamos a ilusionarnos!