Me alegro
muchísimo de que mi memoria me juegue a veces malas pasadas, y que haya cosas,
de las que no me acuerdo……
-Me he
encontrado con una compañera de colegio de infancia, y me ha saludado contentísima diciendo que
estaba igual que entonces…….
-Ha sido un
encuentro muy raro, porque yo a ella, no la recuerdo como amiga, es más, me
suena que era de las mayores, de otra clase, quizás fue amiga de mis hermanas, pero
yo nunca jugué con ella, ni venía a mi casa,
ni yo a la de ella.
-Los
recuerdos desde luego son selectivos, y yo no tengo ni uno con ella.
-Ella
recuerda todo según dice como si fuera hoy, y su memoria está llena de monjas
malas, de castigos y de humillaciones de niñas que no la invitaban……
-Yo, doy
gracias a Dios de tener tan mala memoria, porque mis recuerdos del colegio
están llenos de risas, de bromas, de amigas, de monjas que me querían mucho y
de buenos momentos.
-La memoria
debe servirnos para recordar lo bueno, porque una memoria llena de odio y de
rencor y de malos recuerdos me parece perniciosa y no creo que sea nada bueno recordar cosas malas; además como
dice una amiga mía psicóloga, los
recuerdos son muy mentirosos, los niños recuerdan a veces cosas que nunca han
sucedido simplemente porque se lo han
imaginado.
-Creo que
tenemos que hacer una revisión de nuestros recuerdos, y los que no sean buenos
como es el caso de esta presunta compañera mía, mejor meterlos en un globo y
lanzarlos a la estratosfera.
-Está
demostrado que cuando revivimos una situación estresante, volvemos a sufrir lo
mismo que cuando nos pasó, por ese motivo, a las niñas que han sufrido abusos o
violaciones en muchos países les dan una píldora para olvidar, porque los malos
recuerdos, no sirven de nada, y logran
entristecernos.
-A mí me
gusta recordar cuando me reúno con mis hermanas, los buenos ratos que vivimos juntas
en nuestra casa de Maldonado tan alegre, donde todo el
mundo era bien recibido y siempre había algo que celebrar.
- Así que
vamos a intentar recordar todo lo bueno
que nos ha pasado y que nos pasa, y a hablar de ello, para que no tengamos
nunca una bolsa de basura llena de rencores y de odios que nos entristezcan.
-La vida es
hermosa, y hay que disfrutarla con alegrías, risas y cosas buenas, y todo lo
malo tacharlo y olvidarlo, porque no merece nuestra atención.
-Yo, de momento
doy gracias a Dios por tener tan mala
memoria que no tengo ningún mal recuerdo
de mi infancia, ni pienso tener a partir de ahora ninguno malo de nada ni de
nadie.