Hace un par
de días me telefoneó una chica que había coincidido conmigo en varios cursillos
hace años.
- La verdad es que no tenía ni la menor idea de
quien era, aunque su nombre me sonaba, pero después de darme un montón de
detalles, me acordaba ligeramente aunque la verdad aún no la he conseguido poner cara.
-Me contó
que trabaja en una organización de eventos, que se dedican a organizar cursos y
ciclos de conferencias por toda España, de distintos temas y dirigido a
diferentes grupos de personas, desde directivos de empresas hasta estudiantes.
diferentes grupos de personas, desde directivos de empresas hasta estudiantes.
-Pretendía
que yo fuese este fin de semana a dar una charla a Oviedo sobre Autoayuda y Autoestima,
porque últimamente, las mujeres empresarias
que antes solamente querían cursos de
Alta Dirección, de Desarrollo Empresarial, De eficiencia, De
Productividad , de Claves para Emprender un negocio…etc la están pidiendo cursos de Autoayuda para
saber defenderse del acoso familiar, para resistir a las presiones de su
entorno…etc.
-Yo, estoy
muy agradecida y muy halagada, pero no me gusta nada adornarme con plumas
ajenas, así que la he dicho que no, que yo no me dedico a eso, a pesar de que
me consta que en estos momentos mucha gente enseña cosas que no sabe.
-En
agradecimiento a su amabilidad, la voy a dar los consejos que suelo dar a mis
amigas cuando están pasando malos momentos por estos mismos problemas.
-Todas las
mujeres que hemos cumplido 60 años, somos sabias para los chinos, pero
desgraciadamente para los españoles , y especialmente para nuestros allegados,
pasamos a ser de pronto “minusválidas mentales”, y mucho más si son solteras o
están solas, al margen del trabajo que desempeñen…..
-Los hijos,
sobrinos, nueras , yernos, parientes y amigos cercanos, no sé por qué extraña
razón, se sienten con derecho a querer controlarlas, cuando jamás se han
preocupado de si están tristes o alegres, de si se divierten o se aburren, de
si les llega el dinero a fin de mes, o les falta, así que mi consejo es el
siguiente:
-Si fuésemos como Mafalda, pediríamos la llave de la felicidad
-Así que si tenemos la inmensa suerte de tener la cabeza en su sitio, haremos los que nos de la gana, saldremos o nos
quedaremos en casa, y compraremos o dejaremos de comprar según nos apetezca y
nos lo permita nuestra economía.
-Si nos
duele algo, o tenemos ganas de llorar, lloraremos y nos quejaremos lo que nos
apetezca, porque como dice un psiquiatra amigo mío, llorar cuando uno tiene
ganas es sanísimo.
-No les
daremos cuenta de nuestros gastos, a no ser que sean ellos los que los paguen,
ni justificaremos los motivos que nos mueven a comprar cualquier cosa.
-Yo tengo
una vecina, a la que la hija amantísima, la compró el piso por una miseria,
argumentando que era demasiado grande para ella y para su marido que había
tenido un accidente bascular y estaba un poco confundido, y la mandaron a una
especie de estudio interior en un extrarradio, donde ella cogió una depresión,
y a él se le quitaron las pocas ganas que tenía de salir……..
-Así que
resumiendo. La mayoría gracias a Dios no tenemos esas situaciones tan
terribles, pero para evitar que algún día lleguemos a tenerlas, vamos a hacer
como decía mi madre:
-Si no
consentimos lo pequeño, no daremos opción a que llegue lo grande”, así que
cuando nos quieran “ayudar”, llevándonos a comer fuera a sitios que no nos
apetecen nada, diremos muy sonrientes:
-¡Os lo
agradezco muchísimo, pero hoy no me apetece nada, mejor hablamos otro día”.
-No
hablaremos ni palabra de testamentos ni de repartos, ni de joyas, ni de nada, porque mientras vivamos, todo es
nuestro, y podemos necesitar dinero cash, y a lo mejor
vendemos algo para tener mejor vida, y como dice el refrán tan castizo:
- "El que da lo que tiene antes de su muerte, merece que le den con un canto en los dientes"
-Nuestros
hijos , serán nuestros hijos siempre, y saben de sobra que si ellos lo
necesitan de verdad, sus padres siempre estarán ahí para ayudar, pero nunca
para consentir abuso ni control, como si fuésemos débiles mentales.