Esta mañana,
mientras hablaba con una amiga, me he dado cuenta de que ponía de hoja de
perejil a todo el mundo, a su marido, a
su madre, a sus hijos, a sus nueras, a sus vecinos, a la chica que la ayuda en
casa……
-Yo, como
soy profesora,
sin querer me pongo a dar lecciones, y como dice Félix, mi marido, trato a todo el mundo como si fueran mis alumnos, así que la voy a dedicar el cuento que me contaban a mí , y que yo a mi vez he contado tantas veces en mi clase. Se llama:
sin querer me pongo a dar lecciones, y como dice Félix, mi marido, trato a todo el mundo como si fueran mis alumnos, así que la voy a dedicar el cuento que me contaban a mí , y que yo a mi vez he contado tantas veces en mi clase. Se llama:
“Reunión en la carpintería”
-Sabemos
desde niños, que por la noche , cuando los humanos duermen, los juguetes, los
animales y los muñecos, suelen hablar de sus cosas…..
- Una noche,
se reunieron en la carpintería todas las herramientas, porque a alguna, se le había ocurrido pensar que era más
importante que las demás, y decidió hacer una pequeña votación, para que después
de que cada uno expusiera sus habilidades, votaran al jefe.
-Empezó a
hablar el martillo que era el mayor, pero todos le hicieron callar porque hacía
mucho ruido cada vez que golpeaba.
-El
martillo, se enfadó mucho, y dijo que el que más molestaba era el tornillo, porque había que darle
vueltas y vueltas y era agotador.
-El tornillo
acusó a la lija, porque era muy áspera y se llevaba mal con los demás porque al
rozarles les arañaba.
-La lija,
dijo que el más pesado era el metro que se pasaba el día midiendo todo, como si
fuera perfecto.
-Tanto y
tanto discutieron que sin darse cuenta ya era por la mañana y se tuvieron que
meter a toda prisa en la caja de herramientas porque oían silvar al carpintero
que llegaba tan contento a su trabajo.
-El
carpintero, se sentó en su banco de trabajo con su antiguo delantal de cuero, y
empezó a trabajar con pequeños trocitos, unos
de madera clara y otros de madera negra.
-cogió el
martillo, la lija, el metro, el
tornillo, y al final del día, había terminado un hermoso y delicado juego de
ajedrez.
-por la
noche, al estar de nuevo solos, se volvieron a reunir.
-Tomó la
palabra el serrucho, porque el día
anterior, no había participado y dijo:
-Creo que
sobran las palabras, nosotros solamente nos hemos dedicado a echarnos en cara
nuestros defectos, que no dejan de ser nuestras diferencias, pero nuestro amo ,
el carpintero ,conoce nuestras cualidades y ha trabajado con ellas.
-Eso es lo
que nos hace valiosos. Así que vamos a fijarnos en lo útiles que resultan
nuestros puntos buenos, y vamos a dejar de criticar los malos.
-Todos
estuvieron de acuerdo en afirmar que el martillo era muy fuerte, que el
tornillo era capaz de unir dos cosas distintas como si fueran una,dándole una
nueva fuerza, que la lija suavizaba y limaba asperezas, y que el metro era una
maravilla, porque medía todo con precisión y exactitud.
-Llegaron a
la conclusión de que eran un gran equipo, capaz de hacer cosas hermosas y
fuertes, y se sintieron felices y orgullosos de trabajar juntos.
-La moraleja
de este cuento se puede aplicar a la vida misma, si cada uno hace bien algo,
juntos lograremos un todo perfecto.
-Tenemos
que encontrar las cualidades de todo el
mundo, porque somos inteligentes, y deseamos lo mejor para todos, y solo los
tontos disfrutan encontrando defectos y riéndose de ellos.