He preguntado a mi hija Gema, y me dice que es lunes.
-El sábado estuve en la academia de Gema, riéndome con los niños, y por la tarde me fuí con Felix, Mima y Javier a La Vaguada, al cine a ver una peli de amor que me apetecia, y resulta que hoy, que solo es lunes, estoy en una UCI aséptica sintiendome observadisima por todas las enfermeras que a pesar de que son simpatiquísmas, me tienen hecha un Ecce Homo, llena de moratones de tantas extracciones de sangre arterial, atada con tubos de oxígeno, desnuda en la cama fría y encima sondada.
-Yo estoy contentísima al ver que respiro mejor y que no tengo fatiga, pero me da la sensación de que no tienen ni idea de lo que me pasa.
-Tengo desde niña la seguridad de que "No hay enfermedades sino enfermos.
-Estos doctores, al verme ingresar con una saturación de poco más de 70 de oxígeno en la sangre y con los pulmones encharcadisimos, creyeron que me iba a morir, y ahora que ven que poco a poco voy saliendo de todas las cosas, pues se empiezan a dedicar a buscarme cosas nuevas.
-Aquí en la UCI; las visitas son solo de 1 a 2 y de 7 a 8, y la verdad es que se hace el día larguísimo esperando ese beso, ese abrazo, esa caricia que te tiene que durar un dia entero.
-Mi enfermera es encantadora y en cuanto nota que he llorado, me cuenta cosas de sus niños para que yo como soy profesora la aconseje.
A veces es necesario tener coraje y ver lo bueno de estar en una clínica con tanta gente pendiente de ti.
-las visitas solo pueden pasar de dos en dos, así que tenemos un trasiego de unos que entran y otros que salen, que mi habitación parece el camarote de los hermanos Marx.
-Lo peor es la noche, es tan larga y da para pensar tanto, que parece que nunca llegará el amanecer.
-¡Ojalá me manden pronto a una habitación, para poder tener visitas y no estar siempre escribiendo a escondidas WashApp para que mi hijo Daniel, que me quiere tanto, al no poder verme, ya que vive en Paris no se preocupe, y podamos hablar largo y tendido.
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-¡Buenas noches, mañana será otro día!