Tenemos un corazón muy frágil a la hora de encajar
las malas palabras , las malas intenciones, los malos sentimientos , el desprecio
y el desamor.
-Parece que toda esa fortaleza que esgrimimos en
los momentos difíciles, en los asuntos importantes, en las cosas transcendentales,
desapareciera por arte de “birlí birloque”
en cuanto alguien decide tratarnos mal.
-Un día que estamos contentísimos, y nos parece que va a ser prometedor, se estropea solamente por un comentario desafortunado acerca de nuestro peso, nuestro
aspecto, nuestra economía….
- Basta con que alguien nos diga que tenemos
mala cara,( el día que mejor nos encontramos), para que nos empecemos a sentir
mal, y pensemos que a lo mejor, estamos incubando algo.
-Nuestro cerebro activa las mismas regiones
cerebrales cuando experimentamos la exclusión social o la traición de un ser
querido que cuando sufrimos una herida o una quemadura.
Aunque nos parezca increíble, el daño emocional
nos duele igual o más que el daño físico.
-Desgraciadamente nuestro cerebro está conectado
para memorizar mejor las interacciones negativas que las positivas, por eso es
tan fácil arruinarnos ese día que prometía ser estupendo.
-Lo bueno es que según estudios recientes , las
regiones superiores del cerebro pueden
modificar el funcionamiento de las
regiones inferiores, y nosotros tenemos el poder de utilizar nuestra atención y
nuestra intención de modo constante , enfocándonos de manera que superemos ese
sesgo de negatividad, y comprobemos lo mucho que nos afectan las experiencias.
-Si no somos personas que están sufriendo una
depresión,, tenemos la llave de nuestro estado de ánimo; de nosotros depende el
que seamos felices o desgraciados , así que si decidimos ser desgraciados la
culpa será nuestra , porque solo nosotros tenemos el poder.
-Nosotros no
podemos cambiar el rumbo de todas las cosas nos me sucedan, pero lo que sí
podemos hacer es reaccionar de una manera o de otra, asumirlo o no; siempre
podremos ver nuestro vaso medio lleno o medio vacío, y solo de nosotros dependerá el que seamos felices, porque nosotros tenemos el poder.
-Buenas noches.