Vivimos rodeados de personas, que de una manera
o de otra influyen en nuestra vida.
-La opinión que tienen ellos de nosotros, nos
afecta mucho más de lo que creemos, porque aunque nos parezca un poco absurdo,
acabamos siendo lo que los demás esperan que seamos.
-Esto no es ni más ni menos que el famoso efecto
Pigmalión, que tiene su origen en la mitología griega.
-Pigmalión era un escultor que tras crear una
bellísima imagen de Galatea, se enamoró locamente
de ella, y viendo su desesperación, la diosa Afrodita,
la convirtió en una mujer de carne y
hueso.
-Los psicólogos han estudiado muchas veces este
efecto Pigmalión y han realizado experimentos sobre él.
-En una clase de un instituto con alumnos
normales, se le informó al profesor de que
unos cuantos alumnos escogidos al azar tenían una gran capacidad y un gran
potencial para aprobar con éxito y notas brillantes, mientras que otro grupo,
también escogido al azar, eran mucho más flojos, serían malos estudiantes y sacarían malas notas.
-Los resultados lo confirmaron, porque a
aquellos alumnos a los que habían etiquetado como brillantes, el profesor les
puso mayores desafíos intelectuales, preguntándoles en clase y
obligándoles a participar
activamente, con lo que se esforzaron muchísimo, cumplieron con creces las expectativas, y, sus resultados fueron muy superiores a los del otro grupo sin que
hubiera ninguna diferencia real entre ambos grupos.
-Sabiendo la fuerza de este efecto Pigmalión,
los padres, profesores y cuidadores, tenemos que decir a los niños desde pequeñitos, lo mucho que valen, que les queremos y les ayudaremos y que pueden aspirar a lo mejor, para que ellos lo crean, lo interioricen y lo
logren , porque su actitud será importantísima para determinar su vida.
-Buenas noches