Hoy es el
cumpleaños de Ana Mari, la hija de mi queridísima amiga Irene Cicero a la que
no olvidaré nunca.
-Ana Mari vino a vernos el miércoles, y por fin recogió
los pendientes que su madre regaló a Gema
una tarde que vino a casa a merendar , y al ponderárselos, se los quitó de puestos y
se los dio; por eso cuando murió Irene
Gema pensó que los debería tener su
hija.
-Está guapísima con ellos y se ha emocionado
recordando cómo cada vez que viajaban a Alemania, Irene los buscaba en las
tiendas de Swarosky, porque quería volverlos a tener, así que está contentísima
con ellos, y la parece que van a ser una especie de talisman.
-Nos ha impresionado ver lo guapa que está y que
cada día se parece más a su madre; es curioso porque tiene su mismo brillo en los ojos, y algunos gestos tan exactos que por unos instantes
parecía que hablábamos con ella.
-Estuvimos tomando café y charlando; nos ha
contado que ahora trabaja en un laboratorio farmaceútico y que está muy
contenta. Yo me alegro muchísimo porque es una niña muy trabajadora que se lo
merece.
-Mientras yo le contaba anécdotas de Irene, se
le saltaban las lágrimas, porque es muy
duro cumplir 31 años sin su madre, nota que cada día la echa más de menos porque le hace mucha falta.
-Irene fue con ella a veces un poco dura, y cuando yo la reñía, siempre me contestaba que ella había tenido
una vida durísima, que se había criado sin sus padres, y que prefería que sus hijos supieran afrontar los malos momentos por si un día, la vida les presentaba malas cartas y
no estaba ella para ayudarles.
-A veces las madres tenemos un sexto sentido,
porque la verdad es que Ana Mari ha sabido afrontar los malos momentos con
madurez y valentía.
- Ahora ha empezado a escribir la historia de su madre, porque no quiere olvidarse de nada y piensa que ha sido interesantísima, yo estoy segura de que lo hará maravillosamente, y a lo mejor es solo "la ópera prima " de una gran escritora
-¡Felicidades Ana Mari! Besitos
-Buenas noches.