A veces es práctico revisar el ritmo de nuestra
vida, si tenemos la sensación de que estamos un poco acelerados.
-A lo mejor si empezamos a movernos con un poco
más de calma, hablamos más bajo y más despacio, no solo sentiremos una cierta sensación muy agradable
de sosiego, sino que este estado anímico
nuestro influirá en nuestro grupo, porque
un solo individuo puede cambiar un grupo.
-Cuando no podamos más y todo se nos desmorone,
buscaremos un rincón silencioso, a poder
ser oscuro y allí cerraremos los ojos y empezaremos a respirar profundamente
hasta conseguir cambiar esta tensión por
un maravilloso estado de relajación donde todo se tranquiliza.
-Antes de que empiece el otoño que ya está a la
puerta, echaremos una ojeada a los
que nos rodean a diario y no solemos ver
.
-Nuestro ritmo nunca nos ha permitido ocuparnos
de una serie de personas que nos rodean , y que nos resultan invisibles y carentes de
interés, por eso ahora sería interesante que escogiéramos una o varias personas, y dedicáramos
un poco de tiempo a observarlas
con interés y ver como son .
-Intentaremos ser generosos y amables, dedícándoles nuestra atención plena escuchando sin pensar en nuestras cosas, y acabaremos
encontrándonos mejor con la sensación de haber hecho lo correcto.
-Buenas noches.